Rosa Arroyo, oftalmóloga del CHUF: «Los médicos tendríamos que darle más importancia a la parte afectiva, empática y de comunicación»
FERROL

El Colegio Provincial de Médicos de A Coruña le ha concedido su medalla de oro y brillantes por ser una facultativa «solidaria», «excelente» y «comprometida»
05 may 2023 . Actualizado a las 14:01 h.La oftalmóloga del CHUF Rosa Arroyo Castillo (Berna, Suiza, 1962) no sabe lo que es estar «quemada». Habla de su profesión con la misma ilusión y entusiasmo que cuando se estrenó como mir en el Hospital Universitario La Paz. Y ahora, con 38 años de carrera a sus espaldas, tanta entrega y dedicación la acaban de hacer merecedora de la medalla de oro y brillantes del Colegio Provincial de Médicos de A Coruña (COMC). Según detalla el acta de concesión, el reconocimiento le llega por ser una facultativa «excelente, solidaria, comprometida con el profesionalismo médico, firme defensora de la medicina basada en la evidencia y oftalmóloga de reconocido prestigio». Ahí es nada.
—Ante todo, enhorabuena. ¿Sorprendida por la distinción?
—Siendo absolutamente sincera, no me lo esperaba para nada. Hay muchos premiados que me han precedido y creo que no respondo al perfil. Siento que es algo demasiado bueno para mí, pero al mismo tiempo estoy muy contenta porque es una distinción que viene de mis compañeros y eso la hace especial.
—¡Pero si su currículo está lleno de méritos! ¿Por qué cree que le dan la medalla entonces?
—Lo pregunté, porque sentía curiosidad. Había varias razones, pero yo creo que una de las más importantes fue para poner en valor la labor que realiza todo mi equipo tanto en atención primaria como en un hospital como el CHUF, que no es de los más grandes ni tampoco de los más reconocidos en el ámbito asistencial, pero en el que, sin embargo, yo creo que hacemos un buen trabajo, y lo que hacemos, lo hacemos muy bien. Yo llegué al área de Ferrol hace 29 años y en estos años el cambio ha sido brutal y para mejor. Y luego, creo que otra de las cosas que han pesado en la concesión de la medalla es mi trayectoria en el ámbito colegial y de defensa de la profesión (Arroyo estuvo en la directiva del COMC doce años y hace cuatro se convirtió en la primera mujer en formar parte de la Comisión Permanente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, donde continúa), que es algo que me ha enriquecido muchísimo.
—¿Por qué decidió estudiar Medicina?
—No recuerdo haber querido ser otra cosa nunca. Siempre quise ser médico, a pesar de que no tengo referentes familiares ni creo que estuviese influenciada por alguna serie o lectura. Realmente fue una vocación precoz y que nunca me abandonó.
—Después de tanto tiempo de carrera, ¿cómo se siente?
—Por suerte no estoy nada quemada y yo lo atribuyo a que mi trabajo no ha sido nunca igual. Por eso yo animo muchísimo a los residentes a que cambien y salgan de su área de confort, porque los desafíos te estimulan y te motivan. Además, yo creo que cualquier trabajo resulta más satisfactorio y menos agotador si te esfuerzas y lo haces bien, porque sino se convierte en algo automático, como dar vueltas en una noria. Por eso me gustan los retos, porque te motivan y te dan fuerzas para hacerlo bien y transmitir eso mismo a tus compañeros. Después de casi cuarenta años, sigo siendo muy curiosa y me gusta mucho aprender. Cuando me ofrecen un proyecto, siempre digo, ¿por qué no?

—¿Qué es lo mejor de la medicina actual y qué cambiaría?
—Yo creo que la medicina actual ha mejorado muchísimo: tenemos técnicas cada vez menos invasivas, diagnósticos precoces, un impulso decidido a la medicina de las «5P», más orientada al paciente... Pero también hay asignaturas pendientes ¿Qué mejoraría? Pues sobre todo, el aspecto preventivo de la medicina, porque creo que en el ámbito de las salud tendríamos que incidir mucho más en la importancia de prevenir para reducir el impacto de algunas enfermedades, como el cáncer, Y también creo que habría que equilibrar mejor lo científico-técnico con lo humano y empático. Es muy importante obtener buenos resultados médico-quirúrgicos, pero no eso siempre salva la enfermedad o la vida. Por eso habría que darle más importancia a la parte afectiva, empática y de comunicación.
—En el acta de concesión de la medalla, el colegio también destaca su labor solidaria y su participación en misiones para consultar y operar en países como Nicaragua, El Chad o Burkina Faso. ¿Qué le aporta este trabajo?
—A mí ese trabajo me da la motivación para volver a casa y sentirme una privilegiada dentro del mundo que nos ha tocado vivir. Además, supone un desafío para mí, porque conlleva tener que prescindir de cosas materiales que parece que son imprescindibles cuando realmente no lo son. Y aunque yo valoro muchísimo la solidaridad continuada que se hace a diario desde aquí, sin tener que viajar al extranjero, yo he optado por esta vía porque, ahora, por los cargos que ocupo en diferentes órganos y la actividad del día a día, ando muy atareada y esta es la forma que he encontrado para poder colaborar de forma más rápida y efectiva. Ahora lo hago así, pero mi idea es poder colaborar también desde aquí en el futuro.
EN CORTO
Ocupación. Tras hacer el mir y ejercer en La Paz, Rosa Arroyo comenzó a trabajar en el CHUF en el año 1994, donde, entre otras responsabilidades, fue directora de Procesos Quirúrgicos.
Responsabilidades. Coordina el Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudociencias, Intrusismo y Sectas Sanitarias y hace cuatro años se convirtió en la primera mujer en formar parte de la Comisión Permanente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España. También fue miembro de la directiva del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña durante doce años, siendo vicepresidenta, secretaria general y vicesecretaria.