Un negocio de toda la vida que sobrevive: «No tiene nada que ver una tintorería con una lavandería»

BLANCA TROCA / A.U. FERROL / LA VOZ

FERROL

SANTIAGO PÉREZ

Tinto-Sec funciona a pleno rendimiento en Ultramar: el trato personal y la variedad de servicios son sus puntos fuertes

25 jul 2023 . Actualizado a las 10:37 h.

Si hay un tipo de negocio que parece proliferar frente a pandemias y crisis económicas, ese es el de las lavanderías autoservicio: aparecen como por generación espontánea, y a día de hoy prácticamente puede encontrarse una en cada barrio ferrolano. Pero los dedos de una mano bastan y sobran para contar el número de tintorerías aun abiertas en la ciudad naval; eso sí, las que todavía están en funcionamiento lo hacen a buen ritmo.

De hecho, en Tinto-Sec trabajan en horario ininterrumpido Raquel y Belén, empleadas del negocio, quienes comentan que en verano es casi siempre así: «Comuniones, bodas, limpiezas estacionales... en esta época tocan desde siempre». Y es que la demanda de sus servicios no ha cesado ni disminuido desde que el bum de las lavanderías se hizo notar en la zona, y ambas pueden confirmarlo tras años trabajando en este local del barrio de Ultramar. Raquel lleva 22 años aquí, cuenta que sabía planchar y que venía de una fábrica, ha visto crecer a Belén, que prácticamente se crio en la lavandería: «Nos conocemos de sobra las virtudes y los defectos de la otra» admiten bromeando entre ellas.

Este dúo tan compenetrado tiene clara la clave tras la longevidad de las tintorerías locales: «No tiene nada que ver una tintorería con una lavandería, el servicio es diferente, el trato personal, o el cuidado que se la da a una prenda delicada limpiándola en seco, es otra cosa».

Ellas se encargan hasta de recoger y devolver encargos. Cuando reciben un pedido, evalúan el producto, se limpia y se trata acordemente, se plancha, se cepilla, se desinfecta y se empaqueta. «Hay que hacerlo con cariño» , dice Belén, «Y tratar las cosas como si fueran tuyas» añade Raquel.

Se traten de clientes habituales o de jóvenes que traen prendas vintage para darles una segunda vida, en tintorerías como estas podrán seguir confiando.