Desde San Sadurniño y Cariño a Sudáfrica para seis días de carrera extrema: «Es un 'non stop', sabes que vas a pasar penurias»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL / LA VOZ

FERROL

David Senra (Cariño); Marcos Muiño (San Sadurniño); Adrián Moreira (Vigo) y Mariana Pontes (Brasil) al concluir el recorrido.
David Senra (Cariño); Marcos Muiño (San Sadurniño); Adrián Moreira (Vigo) y Mariana Pontes (Brasil) al concluir el recorrido. CEDIDA

Cuatro amigos logran el reto de cubrir más de 800 kilómetros andando, corriendo, en kayak y haciendo rápel en terreno abrupto

12 may 2024 . Actualizado a las 19:12 h.

La aventura y la adrenalina forman parte del ADN de cuatro amigos: David Senra (Cariño), Marcos Muiño (San Sadurniño), Adrián Moreira (Vigo), y Mariana Pontes (Brasil). Juntos crearon el equipo Track the race adventure team para competir en carreras de supervivencia. Y en la última, disputada en África, el Campeonato del Mundo de Carreras de Aventura Trail Expedición, han superado todas sus expectativas. El reto: completar una travesía de más de ochocientos kilómetros por el desconocido y abrupto terreno de Sudáfrica.

«Tienes que prepararte mucho para esto, tanto física como mentalmente, porque sabes que vas a pasar penurias. Nosotros nos conocemos porque llevamos muchos años participando en carreras de orientación, ultra trails etc..», explica David. Una vez aterrizaron en el país de destino, los aventureros se lanzaron a lo desconocido. De Cabo San Francisco volaron a Puerto Elisabeth, desde donde comenzó la aventura. «Te suben a un bus en el que estuvimos tres horas para llegar a la salida. Nos dejaron en un punto que no sabíamos dónde estábamos, nos dieron los mapas, y a empezar la carrera», detalla. Uno de los requisitos para participar es desconocer el lugar exacto. «Te dicen la distancia y el desnivel que puedes llegar a tener, pero no sabes nada. En cada sección te daban un mapa», detalla. Para avanzar tienen que pasar, eso sí, por unos puntos de control obligatorios. «Si te saltas uno estás fuera», detalla. Un itinerario dividido en secciones ya que tienen que completarlo en diferentes modalidades, carrera a pie, en bicicleta o en kayak. «También tuvimos una sección de cuerda porque tuvimos que hacer un rápel de cien metros para bajar por una cascada», recuerda.

En la imagen, una de las zonas por las que pasaron los competidores.
En la imagen, una de las zonas por las que pasaron los competidores.

La carrera también es en autosuficiencia, explica. Ellos mismos se encargan de llevar una caja de un máximo de 25 kilos con comida y ropa. «En las transiciones nos daban algo de agua, café... Pero durante el recorrido te tienes que buscar la vida. Tienes lo que puedas llevar encima o, por ejemplo, en la parte de bicicleta, como sabíamos que íbamos a pasar por pueblos, llevábamos dinero. En varios puntos nos dejan acceder a la caja que llevamos con comida y material, pero como no podemos pasarnos de los 25 kilos, priorizamos meter más comida que ropa», explica David.

Lo peor para el grupo, uno de los mayores retos a los que te obliga enfrentarte esta aventura, es «el sueño». «No paramos. Esto es un non stop. Llegamos a estar casi cincuenta horas sin dormir», reconoce. También la ruta en kayak les planteó problemas. «Se nos hizo difícil porque Marcos estaba tocado de una costilla, fue complicado el remo, tuvimos que volcar...», recuerda.

Séptimos

Para el equipo gallego esta competición ha sido histórica. Y es que ante 109 rivales de 40 nacionalidades de todo el mundo, terminaron llegando a la meta en la séptima posición. «Los que ganaron lo hicieron en cinco días, los últimos de nueve. Nosotros, que terminamos séptimos, lo hicimos en seis», explica David. Su equipo logró llegar a la meta en 144 horas de carrera y completaron al final 910 kilómetros.

¿Cómo se conocieron para lanzarse a semejante reto? «De las carreras de orientación, te vas juntando con los más afines para salir a correr», comenta. Su vida diaria nada tiene que ver con el mundo de la aventura, orientación y supervivencia. David es jefe de cocina de un colegio, Adrián es ingeniero agrónomo, Marcos informático y Mariana entrenadora personal. Y advierten de que participar en un reto como este exige años de preparación. «Esto te exige prepararte bien física y mentalmente. Sabes que vas a echar muchas horas, pasar penurias de sueño, hambre, sed. A esto no te apuntas de un año para otro. Además, no es un reto individual. Somos cuatro cuidando unos de otros durante seis días», comenta.

Las familias, quienes peor lo pasan. «A mi mujer, al tener una niña de un año y medio, mucha gracia no le hace, pero me apoya a muerte y es el gran respaldo. Y mi madre, ¡la mejor fan! Pero siempre se quedan preocupados al estar tan lejos y sabiendo lo que estamos haciendo que es muy peligroso. Mi madre con la de Marcos estuvieron en constante contacto», comenta David.