Domingo González: «La radio es imbatible, barata y mágica: ni la tele ni las redes acabaron con ella»

Histórico de la radio y periodista querido por todo el mundo en Galicia, Domingo González vuelca toda su sabiduría en el libro La radio informativa en España. De la censura a la libertad (Comunicación Social. Ediciones y Publicaciones). Una delicia para amantes de las ondas que se presenta este jueves en la Central Librera de la calle Dolores, a las 19.30 horas. Durante años contagió su pasión desde RNE y ahora lo hace a través de la escritura. 

—¿La radio es uno de los grandes amores de su vida?

—Por supuesto. Para mí, la radio lo ha sido todo desde que la escuchaba de niño. Y después hice Periodismo y me dediqué a ella toda mi vida, salvo pequeños paréntesis en prensa y televisión. Más del 90% de mi vida profesional la he dedicado a la radio, que me ha hecho tremendamente feliz. Es el medio de comunicación ideal.

—¿Qué le enganchó de pequeño?

—Recuerdo aquellos aparatos de mesa y de corriente con rueditas para sintonizar, o los transistores. Te hablaba alguien al que no veías, era tu cómplice para lo bueno y para lo malo. Te enganchaba con música e historias, porque la radio es magia.

—Y después usted se convirtió en transmisor de esa magia.

—En esa comunicación en principio unidireccional, el receptor convierte al locutor en una especie de ídolo si te acepta y no cambia de emisora. Te conviertes en su amigo y compañero, esa complicidad entre oyente y locutor es maravillosa.

—La radio acompañó a la historia de España, desde la Guerra Civil hasta el 23-F.

—La radio nació oficialmente en España el 14 de noviembre de 1924, cuando aparece Radio Barcelona. Radio Ibérica ya empezó a emitir en 1923, pero no presentó a tiempo los papeles. En estos cien años, la radio ha estado presente en la dictadura de Primo de Rivera, la Guerra Civil y el franquismo. Y ha estado censurada más de 38 años. Franco ganó la guerra en abril de 1939 y en octubre ya dictó un decreto para imponer la censura previa. Toda emisión debía pasar antes por la criba del censor. El mismo decreto adjudicó a Radio Nacional el monopolio de la información nacional e internacional: sus diarios hablados debían emitirse obligatoriamente en todas las emisoras hasta 1977 (incluidas las primeras elecciones de la actual democracia).

—¿Hubo muchas noches de los transistores?

—La noche clave es el 23 de febrero de 1981. Según los expertos, sin la radio el golpe de Estado pudo haber triunfado.

—¿La radio actual sigue manteniendo el encanto?

—La radio es imbatible, nada puede acabar con ella: ni televisión, ni vídeo, ni Internet, ni redes sociales. Es un medio mágico y barato, pero me preocupa que en los informativos se olviden los códigos: el receptor solo puede escucharte y no ver imágenes, tampoco puede volver atrás. No puedes hacer el mismo texto que en la tele o un periódico, no puedes contar una noticia llena de subordinadas y datos. Hay que ser conciso y dibujar el ambiente. Pero a veces no se hace por prisas, y son responsables las empresas.

—¿Qué opina de los podcasts?

—Si el podcast es profesional sí que es radio. Pero el podcast no es informativo, en el sentido de seguir la actualidad: es un medio para la reflexión o el entretenimiento, no para el directo.

—¿Este libro es como un thriller?

—El lector se da cuenta enseguida de que está escrito por un periodista, con el lenguaje con el que se hacen las noticias en la radio. Te enganchas fácilmente. Y además el libro lleva sangre de Ferrol: con la portada de un ferrolano universal como el ilustrador Xaquín Marín.

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