La odisea de Rocío: «Tengo metástasis pero no me dan la incapacidad absoluta»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FENE / LA VOZ

FERROL

Rocío López Barro, en un parque de Fene (municipio en el que reside).
Rocío López Barro, en un parque de Fene (municipio en el que reside). CESAR TOIMIL

Con cáncer de mama e hígado, esta vecina de Fene asegura que «se me vino el mundo abajo con la resolución»

29 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Emociona escuchar la historia de Rocío López Barro. Nació hace 47 años en A Capela, diplomada en Educación Social y en Relaciones Sociales, vive en Fene junto a su marido, y trabajaba como técnica de recursos humanos en un centro especial de empleo. Hace dos años le diagnosticaron cáncer de mama, un mes después le confirmaron que tenía metástasis: «Me encuentro en el estadio 4 del cáncer de mama metastásico, es cáncer hormonal y HER2 positivo (lo hace invasivo y agresivo), de inicio tengo metástasis hepática». La esperanza de vida en estos casos es de cuatro a cinco años, ella lleva dos años diagnosticada. Su enfermedad es incurable. Y sin embargo, el INSS no le concede la incapacidad laboral absoluta sino solo la total. No puede trabajar en su profesión, pero sí en otras más duras físicamente: «Cuando me llegó la resolución se me vino el mundo encima, sentí lo mismo que cuando me anunciaron la metástasis».

Rocío enfoca su lucha en tener calidad de vida «y lograr lo que me corresponde». Cada día acude a su entrenador personal, hace recados, queda con amigas, se acerca a ver el mar desde San Valentín. Y asiste a los efectos secundarios de su enfermedad (dolor articular, insomnio, cansancio, pérdida de memoria), y al hecho de que le concedieron una pensión de solo el 55 % de la base reguladora: «No me puedo creer que me hayan denegado la absoluta (con la que percibiría el 100 % de la base reguladora), creía que me dejarían vivir tranquila, mis compañeras de la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico no conocen un solo caso en mi situación con la absoluta denegada, esto me cuesta dinero y carga psicológica, me espero de todo pues sé por experiencia que todo te puede pasar en esta vida».

Como justificación para no conceder la absoluta, «el INSS dice que no hay sospecha de metástasis pese a los informes radiológicos que muestran que el cáncer se extendió al hígado desde hace dos años, es decir el INSS se aferra al primer informe de agosto de 2022 pero no a la confirmación de metástasis en septiembre del mismo año». A mayores, el INSS «asegura que mi capacidad laboral es no rentable».

Solo cogió la baja cuando le confirmaron la metástasis e iba a empezar la quimio. Al tribunal médico para la incapacidad acudió en mayo de este año, la resolución llegó en agosto y ya la recurrió. Cada uno afronta la enfermedad como puede, Rocío escogió centrarse en el amor: «El de mi marido y de mis hermanos que tanto me ayudan». Así sigue adelante, «aunque la pensión no me llegue para vivir, porque la enfermedad cuesta dinero y hay efectos secundarios por el tratamiento que no cubre el Sergas (perdí una pieza mental y puedo perder otras dos, sufro riesgo de osteoporosis)». Recalca que «solo entre el 5 y el 6 % de mujeres son diagnosticadas en estos casos con metástasis de inicio».

 

Un tsunami con el que convivir

Para desahogarse, esta impresionante mujer echa mano del deporte que practica desde siempre... y a veces de las lágrimas: «Lloré mucho cuando tenía que hacerlo, recomiendo ir a terapia». Recuerda lo que le dijo una amiga a Julia Otero cuando enfermó de cáncer de colon: «Úsame para lo que quieras, para llorar o quedar calladas». Rocío se ha encontrado de todo: «Gente sensacional, otra que no sabe ayudar, otra que te dice que ya te crecerá el pelo y solo te cuenta sus problemas».

Para problemas los de Rocío: «Como cuando llegué del súper haciéndome mis necesidades encima debido al tratamiento, es un tsunami pero aprendí a buscar soluciones, a ir con un bolso grande y mis productos». Su historia puede seguirse en su perfil de Instagram @rolobarr, donde la cuenta mejor que nadie: «Las redes sociales me ayudan y ayudan a otras personas, cuando voy a hacer un tratamiento bailo porque me encanta la música, mostré cómo se me caía el pelo». A su lado camina su marido: «Un compañero de viaje increíble, muchas compis asisten a la rotura de su relación pero él es la persona más maravillosa que pude encontrar». Y agradece el apoyo del equipo del CHUF, desde su oncóloga Laura de Paz al médico de cabecera Humberto Fidalgo: «Gracias a ellos sigo viva». Cada año mueren 6.000 mujeres de cáncer de mama «por falta de tratamientos e investigación».