Un nuevo complejo de agroturismo en Ferrolterra: «El objetivo es poner el turismo al servicio del campo y no al revés»
FERROL
Patricia Gabeiras impulsa Eiras de Ares, una iniciativa de agricultura regenerativa con huertas, una granja de animales de raza autóctona, un bosque comestible y tres viviendas turísticas
24 nov 2024 . Actualizado a las 10:47 h.Patricia Gabeiras mantiene intactos los recuerdos de los veranos de su infancia en la casa familiar de Cervás, a un tiro de piedra del monasterio de Santa Catalina, en lo alto de la aldea de Montefaro (Ares). «Yo nací en Carabanchel y vivo en Madrid, pero todos los veranos los pasábamos en Montefaro, adonde seguimos yendo cada año. Para mí es el paraíso, allí están mis raíces... Y si me preguntan de dónde soy, no lo dudo y respondo que soy una gallega de Ares», comenta la benjamina del ya fallecido general ferrolano José Gabeiras, que fue jefe del Estado Mayor del Ejército y pieza clave para el fracaso de la intentona golpista del 23-F.
En Montefaro, Patricia aprendió a valorar el trabajo de los agricultores que cultivaban las leiras del entorno. Y ahora, ya en la madurez e impulsada por su amor a la naturaleza y su conciencia medioambiental, se ha propuesto regenerar y devolver la productividad a unas tierras que con el paso del tiempo se abandonaron y quedaron baldías.
Para ello, junto a su marido, esta abogada ha creado Montefaro Pedrachá S.L, una sociedad de beneficio de interés común, lo que implica que su actividad no solo busca una rentabilidad económica, sino también un impacto social. Y de la mano de esa «empresa con propósito», la pareja está desarrollando en Montefaro Eiras de Ares, un complejo de agroturismo con huertas para el cultivo de diferentes hortalizas, un pequeño viñedo, un bosque comestible, tres viviendas de uso turístico y una granja de animales de razas autóctonas. «El objetivo es poner el turismo al servicio del campo y no al revés», resume la impulsora de un proyecto que arrancó hace apenas unos meses y tardará al menos cinco años en funcionar a pleno rendimiento.
Eiras de Ares ocupa actualmente una superficie de unas 7,5 hectáreas —a los terrenos que ya estaban en manos de los promotores se sumaron otros que fueron adquiriendo «cachito a cachito» en los últimos años—, pero el objetivo es llegar a las 11 hectáreas, según avanza Patricia Gabeiras.
Para ello, la sociedad Montefaro Pedrachá está tramitando con la Xunta la declaración de polígono agroforestal, lo que facilitará la incorporación de los trocitos de terreno que todavía no están anexionados al complejo de agroturismo, para que vuelvan a ser productivos, mediante el alquiler o venta de esas parcelas a los promotores de Eiras de Ares.
María Luisa Granja, ingeniera agrónoma de la empresa Axiña Asesoramiento Rural, que está supervisando el proyecto, explica que dos de las tres viviendas de uso turístico ya están funcionando (la otra se está rehabilitando) y también se están comercializando ya los primeros productos de la huerta. «Ahora están con la cosecha de las nabizas, pero la primavera pasada ya se plantaron guisantes, acelgas, tomates, repollo, calabazas...», enumera la ingeniera.
Además, en estos momentos se están sembrando plantas «mejorantes» para regenerar y preparar para el cultivo otros terrenos que llevaban mucho tiempo abandonados. Y para todos los productos que salen de la huerta se ha solicitado ya la certificación de producto ecológico. «Nuestra actividad se basa en la agricultura regenerativa, que consiste en restaurar la calidad del terreno degradado de forma natural, mediante el multicultivo», explica Gabeiras.
Además, Eiras de Ares cuenta con una zona de árboles frutales y también con una pequeña granja con cabras galaicas y gallinas de Mos y de la raza piñeira, que se utilizan como «desbrozadoras», así como para obtener huevos y abono. Y próximamente está previsto transformar una zona copada por eucaliptos en un «bosque comestible» con nogales, castaños y otros árboles. «Hemos generado ya tres puestos de trabajo y también colaboramos con los institutos de Arzúa y Mugardos para que los alumnos de sus ciclos de FP agraria hagan aquí sus prácticas formativas», concluye Patricia Gabeiras con ilusión ante el camino que todavía queda por recorrer.