Nueva vida para el 59 de Sol, cerrado desde antes de la pandemia: «Queríamos comprar, vimos esta oportunidad y nos lanzamos»

FERROL

En la imagen, los hosteleros Gonzalo Pérez y Blanca Tello, en el 59 de la calle del Sol
En la imagen, los hosteleros Gonzalo Pérez y Blanca Tello, en el 59 de la calle del Sol JOSE PARDO

Blanca Tello y Gonzalo Pérez estrenarán nuevo proyecto gastronómico en este local de A Magdalena, vacío desde hace ocho años. Según un informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, la cifra de bajos sin actividad en Ferrol supera los 300

19 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque en Ferrol cada vez hay más locales que lucen rótulos de «se vende» o «se alquila», también hay otros que consiguen desprenderse de esos indeseables carteles. Es lo que acaba de suceder en el número 59 de la calle del Sol, donde antaño funcionaron restaurantes como El Racó de Andrea y más recientemente el Café-Bar Garden, que bajó la persiana antes de la pandemia de covid, hace unos ocho años. Desde entonces estuvo vacío y sin actividad, pero los hosteleros Blanca Tello y Gonzalo Pérez, que durante doce años comandaron el restaurante Frank en la calle San Francisco de Ferrol Vello, lo adquirieron recientemente para emprender con un nuevo proyecto gastronómico. «Llevábamos mucho tiempo buscando local, porque queríamos algo más pequeño, vimos esta oportunidad y nos lanzamos», explica Blanca. «A este bajo ya le habíamos echado el ojo hace unos dos años, pero hace poco tiempo nos enteramos de que había bajado de precio y nos pareció el sitio ideal tanto por su ubicación como por su distribución. Además, el hecho de que ya estuviese preparado para funcionar como establecimiento de hostelería nos pareció una ventaja», agrega Gonzalo a renglón seguido.

El cocinero recuerda que, antes de ponerse al frente del Frank, él y Blanca ya habían comandado otro establecimiento en A Coruña, el Carbonada. «Queríamos cambiar hacia algo más informal y decidimos mudarnos a Ferrol solo por la oportunidad que alquilar el Frank, que ya estaba listo para entrar a trabajar», rememora. En el local de San Francisco, donde pagaban un alquiler, pasaron doce años «fantásticos», pero tenían ganas de comprar y la oportunidad surgió en pleno corazón del barrio de A Magdalena.

Gonzalo y Blanca, a la entrada de su local, que van a reformar para abrir nuevo restaurante antes de Semana Santa
Gonzalo y Blanca, a la entrada de su local, que van a reformar para abrir nuevo restaurante antes de Semana Santa JOSE PARDO

¿Por qué comprar en vez de alquilar? «Tenemos ya una edad y una clientela hecha, sabemos que nos vamos a dedicar a esto todo lo que nos queda de vida laboral y un local en propiedad te da más libertad para hacer obras o alguna reforma si llega el caso. El dinero del alquiler se va y ya no lo ves, mientras que comprar es una inversión de cara a la jubilación, que ya no vemos tan lejos como cuando empezamos en esto», argumenta Blanca.

La pareja todavía está buscando nombre para su nuevo proyecto gastronómico, que se mantendrá fiel a la cocina que ya ofrecía en el Frank, pero con propuestas y sabores diferentes. Los dos confían en subir la persiana antes de Semana Santa. Y adelantan que el local estrenará nueva imagen de la mano del estudio VLD, con la mitad de la cocina a la vista, algo que ansiaba Gonzalo para no perder detalle de lo que sucede en sala.

Ferrol sumó medio centenar de bajos vacíos en los dos últimos años

El local de los almacenes Los Telares, antes Rafael & Vicente, lleva vacío desde hace años
El local de los almacenes Los Telares, antes Rafael & Vicente, lleva vacío desde hace años CESAR TOIMIL

Aunque el sector hostelero goza de vitalidad y jóvenes emprendedores siguen apostando por el centro para poner en marcha nuevos negocios —el centro de entrenamiento Dale Candela o la tienda Taste of America son solo dos ejemplos recientes—, el número de bajos comerciales que se encuentran vacíos y sin actividad sigue en ascenso en la urbe naval. Así se desprende de un reciente informe difundido por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que cifra en 310 los locales vacíos a día de hoy en Ferrol, 40 más que los que había en enero del 2024 (270) y medio centenar más que en el mismo mes del 2023 (260).

A excepción de A Coruña, donde la cifra de bajos sin actividad ha descendido con respecto al año pasado (de 925 han pasado a 845, según el informe de Fegein), esta tendencia ascendente se repite en el resto de las urbes gallegas, es decir, Lugo, Pontevedra, Ourense, Santiago y Vigo. Benito Iglesias, presidente de Fegein, achaca el aumento de locales vacíos que van a parar al mercado de venta o alquiler a numerosos factores, como el aumento de los costes laborales, la «brutal» presión fiscal, la competencia del comercio digital, la falta de relevo generacional o la escasez de empleados cualificados en determinados sectores. «A todos estos factores, en el caso concreto de Ferrol se suma el hecho de que es una ciudad que en las últimas décadas ha perdido mucha población, además de pulso empresarial y económico», según apunta Iglesias. Y aunque el INE acaba de confirmar la primera subida del padrón en cuarenta años y la ciudad parece renacer de la mano de nuevos proyectos y contratos en el sector industrial, los efectos de la despoblación y las últimas crisis todavía traen cola.

Entre las medidas para revertir esta situación, el informe de Fegein apunta la reducción de los tiempos de espera para la obtención de licencias municipales, que según ese estudio supera los 15 meses en el conjunto de Galicia y se sitúa en 14 meses en el caso concreto de Ferrol. Desde el gobierno municipal de José Manuel Rey, sin embargo, contradicen este dato y aseguran que «antes el plazo era de 18 meses y se ha logrado reducir a cuatro».

Otra de las medidas que contempla el informe de Fegein para dar salida a los locales comerciales vacíos es su reforma para uso residencial. Se trata de un fenómeno que está cogiendo impulso desde hace algún tiempo, aunque todavía presenta cifras bajas en la urbe naval. Según fuentes del gobierno local, en el 2023 se concedieron un total de cinco licencias para transformar bajos en viviendas, mientras que en el 2024 la cifra ascendió a ocho.

Algunos arquitectos creen que se trata de una solución adecuada sobre todo para polígonos residenciales o barrios periféricos, pero advierten que «no es la panacea» para un casco histórico como A Magdalena, con un fuerte carácter comercial y hostelero. «¿Quién va a querer pasear por una calle peatonal sin oficinas, tiendas, cafés o restaurantes?», señala un profesional del sector.