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De visita en Exponav: un tipo de barco para cada función

fundación exponav FERROL / LA VOZ

FERROL

cedida

El Museo de la Construcción Naval muestra su evolución para responder a las necesidades de tráfico marítimo

27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En la primera sala del Museo de la Construcción Naval, denominada Barcos y Astilleros y a la que se entra atravesando la reproducción de una cuaderna maestra de una fragata del siglo XVIII, se exponen, presididas por una maqueta del Juan Sebastián Elcano, una serie de maquetas de diferentes tipos de barcos, mostrando su evolución a lo largo de los años como respuesta a las necesidades del tráfico marítimo y la explotación del buque. Estas maquetas se van variando a lo largo del año para poder mostrar los fondos que alberga el museo.

Denominamos barco a toda clase de embarcación, desde las más pequeñas a las de mayor porte, destinada a la navegación. Definido como un vaso flotante, impermeable y resistente, dotado de medios para navegar con seguridad que debe reunir las cualidades principales de: flotabilidad, estabilidad, solidez, velocidad y gobierno. Pueden clasificarse atendiendo a diferentes características: funcionalidad o uso, tamaño, forma del casco, propulsión, materiales o sistema de construcción, etc.

Optimizar costes

El transporte marítimo mueve una carga equivalente al 90 % del comercio mundial. Por ello, la gran mayoría de las embarcaciones que navegan por nuestros océanos están destinadas al transporte de mercancías. Los buques vinculados a un tráfico marítimo de una mercancía de referencia y homogénea, determinan sus características, dando lugar a una tipología de buque a la que tienen que dar respuesta ingenieros y constructores navales para optimizar los costes de explotación incluyendo los sistemas de carga y descarga en los puertos.

Cada tipo de carga requiere condiciones diferentes y un modo de transporte marítimo especializado. Así tenemos: buques de carga general, utilizados para transportar carga suelta e irregular; bulk carriers, o buques graneleros para el transporte de cargas secas sueltas tales como minerales, granos y cemento; portacontenedores, para transportar contenedores estándar; buques roll on-roll off, o de carga rodada, diseñados para transportar mercancías con ruedas, cargadas y descargadas por sus propios medios o mediante vehículos tractores; buques frigoríficos, para mercancía que necesita un tratamiento térmico; petroleros, para el transporte del crudo a las refinerías; buques para gases licuados, diseñados para el transporte de Gas Natural Licuado (GNL) o Gas de Petróleo Licuado (GPL); buques para cargas químicas, para el transporte de una amplia gama de productos químicos, cada uno con sus diferentes propiedades, características y respectivos riesgos, en tanques diferenciados; buques para cargas proyecto-heavy lift, especiales para cargas extremadamente pesadas y/o voluminosas, y muchos de ellos son buques semisumergibles…

Son también barcos mercantes los barcos de pasajeros, como los transbordadores, diseñados para realizar viajes cortos de día o de noche, transportando pasajeros y vehículos; los trasatlánticos, que normalmente son de pasajeros o de pasajeros y carga que realizan una ruta de mayor distancia; y los buques de cruceros, que transportan pasajeros en viajes de ida y vuelta visitando lugares de interés turístico.

El buque de pesca surge desde el momento en que el hombre agota la pesca desde el litoral y ve la necesidad de adentrarse en el mar para incrementar las capturas. El panorama histórico del buque de pesca está asociado a la evolución de la humanidad desde el momento que el hombre hizo uso de medios flotantes; la diversidad cultural, la dispersión geográfica y la variedad de materiales utilizados para su construcción, favorecen la heterogeneidad de tipos de buques de pesca: una primera clasificación, entre pesca de bajura, o artesanal, y pesca de altura, lleva asociada el tonelaje y la potencia instalada del pesquero para las zonas y caladeros influenciadas por las condiciones climatológicas adversas que afectan de manera decisiva en las condiciones marineras de navegabilidad, maniobrabilidad y seguridad en el desarrollo de las operaciones para la captura de los diferentes tipos de pesquerías.

Hierro y acero

La introducción del hierro y el acero para la estructura del buque, así como el vapor y los motores de combustión interna, junto con el desarrollo de las artes de pesca asociadas para los diferentes tipos de pesquerías, han determinado la configuración de los pesqueros, de ahí que podamos hablar de arrastreros, traíñas, bacaladeros, atuneros... También existen buques factoría, donde se procesan y congelan las capturas de otros buques.

Las embarcaciones de recreo y deporte náutico, son tan remotas como las más antiguas civilizaciones: hay referencias de que las primeras dinastías egipcias ya disponían de embarcaciones destinadas al recreo y, ya desde la antigüedad, se desarrollaban enfrentamientos entre embarcaciones que se dirigían a un mismo destino con unas reglas estipuladas entre los contendientes (como la regata entre trirremes descrita por Virgilio en el Libro V de la Eneida). El diseño de las embarcaciones de recreo busca más la estética y el confort a bordo. La evolución de las embarcaciones de recreo y el deporte náutico, ha ido en paralelo al desarrollo de la industria naval, incorporando distintos materiales y equipos de propulsión y navegación.

El buque de guerra nace con la navegación y surge como consecuencia natural de las necesidades de proteger el tráfico marítimo, apoyar las expediciones de conquista y colonización y defender los puertos y las costas.

Hasta el siglo XIV se desarrollan una gran variedad de tipos de buques (propulsados a remo y a vela, independientemente o combinados) empleados indistintamente como buque mercante o de guerra; y es en el siglo XVII cuando se establece una clara diferencia entre el buque mercante y el buque de guerra.

Primera fragata acorazada

Con el siglo XIX comienza la navegación a vapor que permite al buque no depender del viento. En 1860 aparece la primera fragata acorazada con los costados protegidos por chapas de hierro, es entonces cuando entran en juego las características esenciales del buque de guerra: armamento, protección y estanqueidad, velocidad y autonomía. El acero y la hélice dan lugar al diseño de nuevos buques de mayor desplazamiento y sistemas más complejos para mejorar todas y cada una de esas características y aparecen los acorazados, destructores, cruceros, etcétera. 

Con el inicio en 1914 de la I Guerra Mundial, aparecen nuevas armas y, por tanto, nuevas concepciones de buques como portaviones, submarinos, minadores, dragaminas, torpederos... El uso de la aviación embarcada de forma generalizada, junto con la entrada de la electrónica en los sistemas de armas navales y comunicaciones en la segunda gran guerra, dan un nuevo giro a las operaciones navales, convirtiendo al buque de guerra en un sistema de sistemas.