
Rodolfo Ogando y su mujer Eugenia Domínguez abrieron en Ares una tienda para expender este tipo de bebidas después de que él superase su adicción al alcohol
17 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Rodolfo Ogando convirtió la mayor tragedia de su vida en una oportunidad de trabajo. El alcohol le quitó lo que más quería pero, tras varios años de recuperación y lucha, ha visto en la carencia de bebidas sin alcohol una oportunidad de negocio. Con su mujer, Eugenia Domínguez, ha impulsado una tienda de venta de este tipo de bebidas en Ares, Arkoares, que regenta Domínguez, y que está ubicada en la avenida Federico García Expósito.
«Hace doce años que no bebo, y cuando salía a pasarlo bien, a dar un paseo y a tomar algo en un bar, no tenía otra cosa más allá de un café, agua o refresco», explicó ayer en su intervención en Radio Voz. Pero su historia comenzó mucho antes, cuando su adicción casi acaba con su vida. «Pasé muchas calamidades por la dependencia al alcohol. Tenía trabajo, una empresa de pintura con varios empleados, una familia con un niño de cuatro años y acabé tirado en la calle», lamenta. Comenzó un viaje al infierno de la adicción al azotarle las deudas al no cobrar de una empresa de la construcción. «Caí en picado. El alcohol me tenía anulado y llegué a tener prohibido acercarme a la casa de mi mujer y a la de mi familia», recuerda. La situación no hizo más que empeorar e incluso llegó a ingresar en prisión durante dos años tras un tiempo en un centro de desintoxicación en Asturias. «Entré pensando que al menos iba a tener un sitio donde dormir, comer y trabajar, ya que el alcohol me lo impedía. Y conocí los testimonios de otras personas que también eran adictas a la bebida o a las drogas y el evangelio», agradece. Tras un año en el que pudo rehabilitarse y enseñar sus vivencias a otros adictos tuvo que cumplir la condena.
Pero todo esto ha quedado ya atrás, ha recuperado a su familia y quiere que su experiencia sirva a otros para salir de este pozo. «Si hay familias que están pasando estos problemas pueden venir sin compromiso ninguno y yo les daré un testimonio de esperanza. Pero no quiero etiquetar la tienda solo para personas que han estado enganchadas», destaca. En sus estanterías se ofrecen todo tipo de bebidas sin alcohol, como whisky, licores, cervezas, vinos o espumosos. Y está a la espera de poder ofrecer también productos como vodka o tequila. Su pretensión es que los bares se animen también a tener esta alternativa en sus barras. «Muchos dicen que no hay demanda de esto, pero no la puede haber si no lo tienes. Por ejemplo, en Fin de Año yo salí con mi mujer y no puedo brindar con champán como el resto. O si alguien sale de fiesta y tiene que coger el coche, puede beber cubatas igual pero sin alcohol. O para alguien que directamente no le guste y quiera probar algo nuevo», expone.