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Marea, la cocina que sorprende y seduce desde Cariño: «Queríamos ofrecer algo distinto, funcionó y ahora hay que consolidarlo»

ANA F. CUBA CARIÑO / LA VOZ

CARIÑO

CEDIDA

Hace cuatro años que Cristian Santiago abrió el restaurante, que ofrece platos y sabores diferentes

14 dic 2024 . Actualizado a las 12:36 h.

La paternidad ha revolucionado la vida de Cristian Santiago Breijo (Cariño, 36 años). Este chef curtido en los fogones de Casa Marcelo (Santiago), en Nueva Zelanda o en las cocinas de Alborada y Arallo (A Coruña) regresó a casa a comienzos de 2018 para poner en marcha, un año y medio después, su proyecto más personal. El 30 de junio de 2019 abrió Marea, un local diferente, de estética industrial, pensado para sorprender y seducir a los comensales con todo tipo de platos.

El restaurante se está consolidando como una referencia gastronómica en la comarca de Ortegal. «El 70 % de la clientela es de fuera, en verano por supuesto, por la gente que veranea en Cariño, pero también el resto del año, los fines de semana e incluso algún día por semana. Ayer [el miércoles], en todas las mesas, menos una, había gente de fuera», comenta tras un verano con «llenos diarios», pero con menos gasto que el pasado. «Empezó más tarde y acabó antes, con menos platos y más para compartir», explica.

A mediados de octubre regresará el menú del día (de lunes a viernes, por 13,50 euros) y con él la carta del otoño-invierno. Aún quedan días para degustar las propuestas de la temporada estival: «La corvina con raviolis de moluscos y salsa de huevo frito, el bonito de temporada, el cochinillo con arroz de sushi frito y satay o los mejillones en escabeche con emulsión de su escabeche, lentejas y helado de piparras han sido algunos de los platos que más han gustado».

Detrás de cada propuesta culinaria de Marea hay «muchos libros de recetas, muchos apuntes y muchas horas de pruebas hasta que vas redondeando las ideas, muchas van adelante y otras no, a veces tienes cosas en la cabeza que no van bien en el plato». Cristian y su equipo utilizan producto de proximidad, «salvo los ingredientes que no encuentras aquí», con los que juega para lograr mezclas sugerentes. «Desde el principio hemos querido enseñar cosas diferentes, incluso en vinos», recalca.

En estos cuatro años, Marea ha ido creando «una memoria de sabores» entre los comensales más fieles (suelen repetir, para probar todos los platos o para regocijarse con los ya conocidos). «Queríamos ofrecer otro tipo de cocina, funcionó y ahora hay que consolidar», recalca, contento en Cariño, donde guisa y cría a su bebé, de casi un año.