Las reclamaciones de la SGAE causan malestar entre los dueños de locales
CEDEIRA
Afectados denuncian «a arbitrariedade» y la desproporción de las cuantías exigidas
20 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Alfredo López Loureiro, al frente del Bar de Fredi, en Espasante, desde hace 25 años, acabó en el juzgado por la demanda que le presentó la Sociedad General de Autores de España (SGAE) en 2006 y le dieron la razón. Ahora han vuelto a reclamarle una supuesta deuda por la música que suena en su local. «Nunca tiven contrato con eles, ameázante, se negocias fanche unha quita e se non lévante ao xulgado», asegura, muy molesto con lo que considera «unha artibrariedade total». «Non me poden analizar a min como un bar que abre todos os días. Paréceme un abuso porque a maioría da música que eu poño non é do seu dominio», remarca. El problema surge cuando alguna banda local, las que tocan en el Bar de Fredi, versiona un tema que sí figura en la lista de la sociedad y la actuación se graba y se difunde a través de las redes sociales. En cualquier caso, critica el funcionamiento de la SGAE, «que che vén cunhas esixencias sen mirar os beneficios que tes, non saben os problemas que afrontas, nestes tempos, para poder manter aberto o bar e pretenden cobrarche máis aínda do que pagas de luz».
Teresa Cabarcos, propietaria de la cafetería y restaurante Casa Teresa, en As Pontes, comparte el malestar de López Loureiro. «Perdí y voy a pagar», reconoce. Durante meses hizo caso omiso de los requerimientos que le enviaba la SGAE y al final acabó en el juzgado. «Tengo que abonar 729 euros por los dos años que lleva abierto el establecimiento y a partir de ahora 30 euros al mes, con pago trimestral anticipado», explica. Todo por la superficie del negocio, el número de altavoces y el equipo «para ambientar, como música de fondo». «Me duele, me parece excesivo... Entiendo que le reclamen a las orquestas y la gente que se lucra con la música, pero no es mi caso», señala. Fredi estaría dispuesto a pagar si el dinero repercutiera en los grupos que tocan en su bar, que desde su apertura ha apostado por la música gallega y las bandas y los autores de la zona.
Jesús Barcia, fundador del bar Universal, abierto desde hace 28 años en Cedeira, considera «ridículos» algunos de los criterios aplicados por la SGAE, como el número de altavoces o de televisores (cuando muchos funcionan en línea, con idéntica programación), y cree que «teñen que revisalo e actualizarse, van un paso atrás da tecnoloxía e das tendencias». «Ao xestionar un catálogo tan enorme, con millóns de cancións, dan por feito que toda a música é deles. No 90 por cento dos locais probablemente é así. Pero agora atopas música alternativa a través de Internet, nós fomos facendo un catálogo, imos anotando os nomes de autores que descubrimos», detalla.
De hecho, hace años que el Universal suspendió el convenio con la SGAE (salvo en lo relativo a la televisión) e invita a tocar a artistas ajenos a los canales convencionales de distribución y comercialización.