Finca A Nogueira, un rincón enxebre y con mucho sabor en Régoa, en Cedeira: «Aquí todo vai fluíndo»

Diferenciarse no resulta nada sencillo en tiempos en los que casi todo se imita, y menos en el sector de la hostelería, pero las cedeiresas Berta Martínez, de 50 años, y Loli López, de 43, lo han conseguido, con la implicación de familia y amigos. Berta es una de los cuatro socios de Toxos A Nogueira, empresa de la que forman parte Toxos Decoración y Finca A Nogueira. Trabaja en una correduría de seguros, pero es buena decorando, como lo demostró en la boda de una amiga que se celebró en su casa. «Pideu axuda e a maior parte das cousas fixémolas as dúas, decoramos todo o evento, e canto rematou todo o mundo quedou encantado e animáronnos a continuar», cuenta Loli, que cerró la tienda de muebles que gestionaba con su hermana para implicarse a fondo en este proyecto.

Las dos eran autónomas, se dieron de alta como decoradoras y empezaron «facendo cousas pequenas». Hasta que dos chicas de Cedeira que estaban programando su boda civil, pero no tenían dónde, les preguntaron. «E eu ofrecinlles a finca de meu pai, en Régoa», repasa Loli. Aquella ceremonia resultó definitiva para acabar dando forma a una idea que siempre había rondado al padre de Loli, fundador de Mobles Villadóniga: un negocio de hostelería. «Alugamos unha carpa e, como somos familia de carpinteiros e temos mobles antigos, colocamos varios, mesas sen vestir (con manteis individuais), un aparador...», describe Loli. Llovió «a tronadas», pero las jaimas de Santa Compaña salvaron la fiesta, «que saíu perfecta».

Si la boda se ofició en septiembre del año pasado, el 20 de octubre inauguraron la taberna y a mediados de julio de este año echó a andar el restaurante, donde trabajan Loli y varios familiares, todas mujeres, con ayuda de Berta, que da vida al espacio con su creatividad infinita y sus piezas de macramé, ganchillo o croché, o las flores que compone con el fiambre de los aperitivos. Acondicionaron la vieja cuadra, que hoy es el almacén del bar; aprovecharon otras construcciones para montar la zona de manipulación, la cocina y la parrilla (de carbón y leña); e instalaron una carpa móvil de paredes transparentes (el comedor), que permiten contemplar el valle desde las mesas. En verano la abren y se integra en el campo, y ya la han acondicionado con estufas para la temporada de invierno.

«Xa antes de ser restaurante faciamos xornadas do cocido, por exemplo. O noso forte é a brasa, o churrasco, os chuletóns... e tamén a paella e a fideuá. Temos caldo galego todos os martes (do de sempre, con unto e costela), callos os venres... intentamos facer cociña tradicional totalmente caseira, elaboramos todo nós, con produtos de aquí, todo fresco», destaca Loli, la relaciones públicas de Finca A Nogueira.

Este espacio se sitúa a dos kilómetros de Cedeira (se puede llegar andando por el paseo fluvial) y a pocos metros de la carretera que va de Cedeira a San Andrés de Teixido, en un cruce flanqueado por dos nogales y un castaño. En este lugar no hay artificio, todo se ve auténtico, desde el muro de piedra centenario que rodea el prado, «unha obra única», hasta las mesas, las sillas o los bancos, todos diferentes y perfectamente restaurados.

Abren todos los días, de domingo a jueves, de 13.00 a 16.00 horas, y los viernes y los sábados, de 13.00 a 16.00 y de 20.30 a 23.30. Desde septiembre, aparte de la carta ofrecen menú, con un primero y un segundo, café o postre, por 14 euros. «Baixo reserva preparamos paellas, fideuás, churrasco, caldeiradas, todo tipo de mariscos, aperitivos para calquera evento [también para llevar]...», explica Loli, que estudió Hostelería en el CIFP Paseo das Pontes, en A Coruña, y confiesa su pasión por este sector.

Día de los Muertos mexicano, el día 26

Este sábado organizan una fiesta temática alrededor del Día de los Muertos mexicano, con platos típicos. En este primer año, con bodas, primeras comuniones, cumpleaños, fiestas de generación y otros eventos, la sensación entre la clientela ha sido «moi boa». Igual que en estos tres meses en el restaurante. Así, entre fuentes rústicas y cazuelas de barro, y con los sabores de casa, en la Finca A Nogueira «todo vai fluíndo» y definiéndose.

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