Loureiro, 25 años de literatura

G. Novás REDACCIÓN / LA VOZ

FENE

Daniel Díaz Trigo

El escritor y periodista recibirá el homenaje de sus paisanos en Fene

05 oct 2021 . Actualizado a las 16:50 h.

El escritor y periodista Ramón Loureiro (Fene, 1965) cumple 25 años en la literatura, una carrera que inició con la publicación de un relato en la revista Poesía Galicia, en la que por primera vez afloró la llamada Terra de Escandoi, territorio mítico que creó y desarrolló a lo largo de sus libros y que extiende su influjo desde su Sillobre natal por todo el norte de la comunidad, con parada mayor en Mondoñedo.

«La Tierra de Escandoi ha ido creciendo con el paso del tiempo. En principio solo abarcaba Sillobre, pero ha ido ampliando sus límites, y ahora ya abarca, en mayor o menor medida, casi todo cuanto desde Sillobre se ve. Y la Tercera Bretaña, la Última de todas las Bretañas Posibles (que tiene a la Tierra de Escandoi en su extremo occidental, frente al Atlántico), abarca toda la Galicia do Norte: va desde la desembocadura del Eume, el Belelle y el Xuvia hasta la del Eo, y tiene su corazón en la Terra Chá». Este brumoso universo ha sido una constante en su narrativa. «Ahora me doy cuenta de que todo cuanto he escrito es el mismo libro. Me he pasado 25 años escribiendo el mismo libro, aunque se haya ido editando en volúmenes diferentes», concede.

Su imaginario y actitud literarios enraízan en los clásicos y muy particularmente en el Quijote. «Cervantes es tan grande que no se acaba nunca. Y gracias a Dios...! Porque, sin Cervantes, el mundo sería inmensamente más pequeño. Nos enseñó la importancia de seguir soñando; y, sobre todo, la inmensa libertad que habita en el hecho de que uno aprenda a soñarse a sí mismo».

Pero no olvida las letras de su propia tierra y enumera sus grandes referentes: Pardo Bazán, Valle-Inclán, Rosalía, Cunqueiro, Carlos Casares, Wenceslao Fernández Flórez, Luz Pozo... «Galicia es una tierra hecha, en buena medida, de literatura», incide.

Todo cuanto puede ser contado, existe por sí mismo, asegura. «Creer que el mundo no es otra cosa que lo que han visto nuestros ojos -alega- no deja de ser una superstición más, una superstición moderna, pero al fin y al cabo una superstición», arguye para admitir que cree tener la suerte de poder afirmar: «Mis libros han devuelto la vida a mis muertos; una vida un tanto modesta, que no va más allá del papel y la tinta, claro que sí, pero vida al fin y al cabo».

Perdió a su madre siendo muy niño, y eso fue para él un golpe terrible, del que sospecha que nunca se ha recuperado. «Pero mi abuela materna fue una madre para mí, también», matiza.

Loureiro sostiene que es una persona firmemente creyente. Es más, entiende que es, en el sentido que Cunqueiro daba al término, un verdadero creedor. «Creo que existimos envueltos en un profundo misterio. Y me alegra que así sea. Porque eso que hemos dado en llamar realidad a menudo es de una tristeza insoportable», concluye.

El escritor recibirá el próximo día 23 el homenaje de sus paisanos en Fene en un encuentro en que les hablará de su última publicación, Las máscaras del fin del mundo.