Un cadáver industrial en Fene: 25 años del cierre de Rubber

f. fernández FERROL / LA VOZ

FENE

La planta ruinosa recuerda el fiasco de los planes de reindustrialización

05 ene 2025 . Actualizado a las 19:13 h.

El portalón abierto de par en par casi invita a entrar a curiosear. ¿Qué habrá sido de Rubber Industrias del Caucho SA? ¿Habrá todavía neumáticos? No queda nada, salvo algunas planchas de uralita tiradas en el campo que rodea la nave, lo que parecen ruedas de bicicleta enroscadas sobre sí mismas por el paso del tiempo y basura, mucha basura. Rubber es un cadáver industrial desde hace 25 años, cuando cerró, un testigo privilegiado del fiasco que supuso la ZUR, la zona de urgente reindustrialización, un programa de ayudas públicas para montar empresas que diesen alternativas laborales tras la gran reconversión de los astilleros públicos. Bajo su paraguas se montó la Rubber en 1992. La fábrica de recauchutado de neumáticos de Fene parecía algo así como la gran esperanza blanca y acudió Manuel Fraga, entonces presidente de la Xunta, a inaugurarla. Durante el acto se pronunciaron frases triunfales, tales como «o día de hoxe é moi importante para Fene, porque inaugúrase a primeira empresa despois da reconversión» o que la planta se convertiría en una «industria puntera del caucho» de la que saldrán neumáticos «para Galicia y el resto del país».

Salieron, pero durante poco tiempo. La Rubber funcionó entre 1992 y el 2000, cuando despidió al medio centenar de trabajadores que quedaban. Aunque ni siquiera tenía dinero para compensarles (o eso dijo). Porque la fábrica no cerró sin más. Dijo adiós con gran escandalera. En el 2002, un juez de Ferrol declaró que hubo fraude en la quiebra de la empresa, promovida en su momento por el grupo Cafisa, con sede en Madrid. Cuando cerró arrastraba unas pérdidas superiores a los dos mil millones de las antiguas pesetas, pero las cuentas reales nunca llegaron a aclararse.

Ya sin actividad, vivió episodios rocambolescos con su vigilante desde el 2004, Julio Santos, declarándose en huelga de hambre para exigir la retirada de los miles de neumáticos que quedaron abandonados; o acudiendo al juzgado en el 2019 porque la nueva propietaria, la firma Multicasas, quería desahuciarlo después de tantos años de servicio. Julio tuvo que irse y el portalón quedó abierto.

Julio Santos, el vigilante de la fábrica, entre los miles de neumáticos que se amontonaban en las instalaciones en el 2016
Julio Santos, el vigilante de la fábrica, entre los miles de neumáticos que se amontonaban en las instalaciones en el 2016 ANGEL MANSO

A nadie parece interesarle ya la Rubber ni el amasijo de basura que ha dejado a orillas de la carretera nacional 651. El alcalde de Fene, Juventino Trigo, reconoce que ni siquiera saben a quién pertenece ahora, pero le gustaría que al menos las instalaciones estuviesen mejor cuidadas. «Antes polo menos estaban pechadas e coidadas polo vixiante», rememora.

El presidente de la patronal IEN por Europa, Manuel Pérez, de Fene, considera que, dado el grado de abandono y ruina de la Rubber, «es un peligro que las instalaciones sigan así».