
En un solo día, la caseta de la playa de A Frouxeira de Valdoviño atendió a diez personas La única alternativa para evitarlo es tomarse el baño de mar con sandalias de goma
25 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?omo todos los veranos, las picaduras de escarapote o faneca brava amargan el baño de muchas personas que disfrutan de las playas exteriores de Ferrol. Apenas se salva alguna. Desde Vilarrube hasta Doniños en todas ellas se están registrando casos a diario. Obviamente, es en las más frecuentadas como A Frouxeira (Valdoviño), donde pueden registrarse diez casos en un sólo día, es donde los socorristas tienen más trabajo, no es que haya más escarapotes. El pez, de un palmo, vive bajo la arena entre aguas. Cuando alguien lo pisa se clava una espina en la planta del pie con la que inocula un veneno que no es peligroso pero que causa un fuerte dolor que puede prolongarse durante varias horas. La cura casera de otros tiempos consistía en orinar sobre la herida, supuestamente por el «amoniaco» de los orines. Ahora se sabe que es por el calor. Por eso, el personal sanitario de las casetas de salvamento tiene una cura infalible. Primero lava el pie con agua muy caliente. «Es sorprendente -comenta una socorrista- pero si es un niño, tras el primer chorro de agua, deja de llorar». Después se abre un poquito la herida y se aplica una solución amoniacal. La cura se termina con una pomada antiinflamatoria. Los niños suelen ser las víctimas porque están entre aguas, a la orilla del mar, y siempre de pie. Es ahí donde se encuentra el odiado pez. Según explican los socorristas, no existe otra alternativa para evitar las picaduras que bañarse con sandalias de goma. Así, si se pisa, no habrá peligro porque el aguijón de la espina no llega a la piel. Están en todas las playas del Cantábrico y Atlántico y no es que abunde más en unos arenales que en otros. Protegerse los pies es el mejor antídoto.