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Tres generaciones de Acevedo

Beatriz García Couce
B. Couce FERROL

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

Reportaje | Familias en el comercio local Manuel González inició a mediados del pasado siglo una saga de comerciantes dedicados a la decoración y el mueble que hoy continúan su hijo y sus cinco nietos

25 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?n la histórica Casa Brañas, diseñada por el arquitecto Rodolfo Ucha, que ocupa el número 125 de la calle Real. Ahí empezó todo. Se inició una saga de comerciantes que perdura hasta la actualidad y que avanza ya en su tercera generación. Fue en el siglo pasado, a mediados de los años 40. Manuel González abría en los bajos de este inmueble un bazar que no dejó de crecer hasta obligar a su propietario, años después, a adquirir todo el edificio. «Tan pronto terminé mis estudios y acabé de prepararme, me incorporé con él a trabajar», explica su hijo, José Manuel González Acevedo. Corrían los 70. Hombro con hombro, el negocio fue prosperando y pronto se impuso la necesidad de abrir un nuevo establecimiento, también en la calle Real, dedicado a todo tipo de regalos. «En aquellos tiempos notábamos el desarrollo de Ferrol; había mucho crecimiento, perspectivas, futuro», recuerda José Manuel. El desarrollo industrial propiciado por el buen momento de Astano, Bazán y la Marina se reflejaba en el comercio. «Tanto es así que nos decidimos a abrir la mueblería», aunque sin el patriarca, que por aquel entonces -finales de los 70- había fallecido. Sucesivas incorporaciones Siguiendo su ejemplo, sus hijos, según iban terminando sus estudios, se iban incorporando poco a poco a un negocio familiar que continuaba en auge. Así, abrieron un local en pleno casco histórico para fabricar sus propios muebles. «A los tres meses teníamos tal demanda que nos decidimos a ampliar porque no éramos capaces de satisfacer a los clientes», pero fue un proyecto frustrado porque «todo eran trabas desde el ayuntamiento». Pese a los problemas y a la crisis de la ciudad, la saga Acevedo continúa con fuerza. Aunque José Manuel no está ya dedicado al cien por cien a los negocios -«aunque un empresario no se retira nunca»- sus hijos Pepa, David, Anxo, Senia y Teresa garantizan el futuro. «Nos llevamos bien, porque cada uno se ocupa de una cosa: el bazar, las oficinas, la mueblería..., somos independientes y así no hay problemas», explica Pepa, la mayor de los cinco hermanos. Con respecto al futuro, «lamento que mis hijos no tengan el Ferrol que tuve yo», asegura José Manuel González, quien alude al profundo arraigo y amor por la ciudad como una de las claves para mantener durante sesenta años un clan que incluso puede estar gestando ya la cuarta generación de comerciantes, los hijos mayores de Pepa. «Si ellos lo eligen lo serán, pero tendrán libertad para hacer lo que quieran», afirma.