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A PIE DE CALLE «Los dulces deben ser frescos, hechos del día, y no con polvos»

La Voz E.D. | FERROL

FERROL CIUDAD

RAFAEL ESTÉVEZ

PASTELERA

16 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?iene un hermoso nombre, Carlota, pero a su padrino no le gustó y pensó en el diminutivo Cati. Y Cati se quedó. Regenta la pastelería La Nata, en Canido, junto a su hermano Jorge. -Aunque viví siempre en Ferrol, pasaba los veranos en Monforte y allí había una dulcería que me encantaba. Además, desde niña me gustó hacer repostería en casa. Así que estudié Hostelería en A Coruña y trabajé allí durante dos años. -Y después se lanzó a la aventura de abrir su propio negocio. -Si, junto con mi hermano. Es una pastelería pequeña, de barrio, no como los despachos del centro, que tienen más movimiento, porque heredamos el local de nuestos padres y convenía aprovecharlo. -Pero el negocio funciona. -Sí, pero este oficio o lo quieres mucho, mucho, o no te dediques a él. Nosotros empezamos la jornada a las 6.00 de la mañana, porque vendemos productos frescos cada día. Yo hago la crema y la nata a diario. Y sacamos más de 220 piezas, porque son 70 de bollería, 12 de bizcocho y queique , y unos 150 pasteles. En fin de semana preparamos el doble. -¿Y qué ocurre, que los demás trabajan de otra forma? -Algunos sí, por la presión de los inspectores Sanidad, especialmente en verano. Hay miedo a intoxicaciones, lo que por supuesto es comprensible: los propios inspectores sugieren usar cremas en polvo, que además se preparan en 5 minutos, y no en 20, como las mías. Hay gente que quiere sacarse trabajo de encima, en vez de contratar a alguien, preparan mucha mercancía una vez a la semana... -¿Con polvos? -Con polvos. Y después la congelan. Pero así se pierde sabor y calidad. -¿Qué otra alternativa hay para cumplir la ley y ofrecer calidad? -Yo sólo veo una, trabajar más. Los dulces deben ser frescos, hechos del día y no con polvos. -Pero tantas horas de trabajo... -Nos organizamos bien, en verano cerramos por la tarde, en invierno nos turnamos mi hermano y yo... -Conclusión, que es usted feliz. -Sí, y mi hermano también, cada uno con su familia. Tuvimos buenas ocasiones para abrir más locales, pero ¿para qué, para no tener apenas tiempo para disfrutar de nuestros hijos?