Son una madre y su hija de Ferrol y están, de momento, en casas diferentes. Saray, la hija, trabaja en un bingo y dice que está «soltera y entera».
07 sep 2009 . Actualizado a las 15:12 h.Ya ha arrancado la undécima edición de Gran Hermano. Y en esta ocasión también hay representación gallega, una madre y su hija de Ferrol. Se llaman Pilar y Saray respectivamente y les ha tocado estar, de momento en casas diferentes. En esta edición los responsables del programa han vuelto a separar a los concursantes en dos casas. En la primera, la casa 11, habrá once concursantes (Pilar, Indhira, Siscu, Juan, Tatiana, Gonzalo, Rebeca, Melanie, Arturo, Nagore y Toscano) y en ella habrá nominaciones y expulsiones. Otros seis ( Saray, Laura, Ángela, Lis, Ángel, Hans) estarán en la casa espía, desde la que verán la otra casa y deberán adivinar cada semana quién sale expulsado. Si lo aciertan pasarán a la casa 11. En la casa espía no habrá nominaciones aunque tendrán que abandonar el programa si pasadas unas semanas (no han desvelado cuántas) no han acertado.
Entre los concursantes, promete la gallega Saray que está, de momento, en la casa espía. Trabaja en un bingo y se define como «simpática, extrovertida, creativa y versátil». Asegura que está «soltera y entera pero no para quien me quiera sino para quien yo quiera». Sus amigos le llaman el huracán gallego. Su madre Pilar dice que habla con su perro Coco. «Hablo con él y lo compartimos todo porque creo que entiende y me va a echar mucho de menos cuando entre en la casa». Completa su autobiografía diciendo que «está loca de atar».
Entre los participantes también encontramos una pareja de lesbianas, Laura y Ángela, que deberá fingir que no se conocen, mientras Lis y Ángel deberán hacer creer a los demás que sí lo son. Hans es el «topo» y está al tanto de todos los secretos. Arturo, vive en Irún, ha estado en las COES y tiene tres hijos con mujeres diferentes. Iván, conocido como Toscano, está en una silla de ruedas tras sufrir un accidente de moto a los 16 años mientras que Melanie presume de ligona, «chico que veo, chico que tengo». Hay también un argentino, Gonzalo y una rusa, Tatiana.