Una mentira: «La faneca brava y el escarapote son el mismo animal, aunque se le denomina de forma diferente en las Rías Baixas y en las Altas». No es así. Son dos especies diferentes. El escarapote (scorpaena porcus), más común en la zona de Ferrol, se esconde entre las grietas de las rocas, sobre todo entre piedras cubiertas de algas, por lo que es más habitual que pique en una mano que en un pie. Tiene un cuerpo fuerte, una cabeza llena de espinas de color castaño con muchas irregularidades. Solo nada en pequeñas distancias.
La faneca brava (trachinus vipera) no debe ser confundida con el escarapote. La faneca vive en playas de arena fina y mucho oleaje. Se camufla entre la arena, de ahí que los bañistas las pisen sin apenas darse cuenta. Cuando una persona entra en contacto con una faneca brava, esta le inyecta un veneno a través de sus espinas. El tóxico afecta a los glóbulos de la sangre, provoca grandes dolores, fuertes y punzantes.