
A Coruña, Vigo, Sanxenxo, la Costa da Morte y Noia se apuntan al deporte náutico de moda
27 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Ya no hace falta viajar a Ibiza para sentirse como un auténtico delfín y probar uno de los deportes náuticos que triunfa este del verano. El flyboard ha llegado a Galicia con fuerza. Varias empresas de la comunidad se han apuntado a lo más trendy y refrescante del verano. La tabla autopropulsada que permitirá que te sientas como pez en el agua y como pájaro en el aire ya está aquí y viene para quedarse. Podrás subir y zambullirte, aunque para realizar las acrobacias será necesario alguna sesión extra.
Hace meses que esta modalidad deportiva se deja ver en la ría de Vigo. En el muelle de San Adrián de Cobres, en Vilaboa, Flyboard Vigo tiene su sede, aunque se desplazan también a Sanxenxo: «Lo practica gente de todo tipo. Hay mayores de 50 años que lo hacen fenomenal. Es muy sencillo de aprender. Se trata de un deporte para todo el mundo y es muy seguro», explica Rocío Rodríguez, una de las monitoras de esta firma especializada.
Pero esta empresa no es la única que opera en la zona. Flyboard Galicia inició su andadura en A Coruña, pero ya se ha trasladado de forma definitiva a la ría de Vigo. Trabaja en el puerto deportivo de Moaña y en Raxó (Poio). Maruxa Ulloa y su socio Rubén Martínez aseguran que el flyboard permite que te sientas libre: «Lo que más comenta la gente es la adrenalina que siente cuando se ve arriba volando pero es una sensación difícil de explicar», comenta Ulloa.
Las chicas, las más atrevidas
La moda de volar sobre el agua no triunfa solo en el sur de Galicia. Al menos, A Coruña, Ferrol y la Costa da Morte también se animan con esta modalidad que gana adeptos cada día: «Las chicas son más atrevidas y lo piden, sobre todo, para despedidas de solteras», explicó Juan Carlos Bardanca, de la firma ZonaKluster, que opera principalmente en Malpica, Laxe y Santa Cristina (Oleiros).
Cinco minutos
Y es que todos coinciden en afirmar que cinco minutos son suficientes para aprender a volar: «Hay que mantener el equilibrio y en poco tiempo puedes llegar a alcanzar tres metros de altura», indicó Bardanca que llega con facilidad los doce metros. De la misma opinión es Rodríguez: «El 95 % de las personas que lo intentan son capaces de volar. Y está comprobado. De las 250 personas que lo han probado con nosotros solo una no lo consiguió», explicó.
Dos monitores
Cada sesión necesita como mínimo dos monitores, uno conduce la moto acuática y otro se encuentra en el muelle por si hay algún problema. Media hora es suficiente para poder volar, aunque los diez primeros minutos son de instrucción. También se actúa bajo pedido, como es el caso de Brétema Ocio y Tiempo Libre, cuya sede se encuentra en Noia, aunque opera en toda Galicia.
La flexibilidad de las empresas gallegas es máxima. Todas se desplazan si hay un grupo que desee probar la experiencia. Y los precios, al contrario de lo que sucede en Ibiza o en el Mediterráneo, no son desorbitados. Andan sobre los 50 euros media hora de sesión, frente a los 120 en esas zonas turísticas. Así que solo hacen falta ganas y a volar.