
El negocio ferrolano ostentó el título de ser el más grande de toda Galicia
10 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Si le pregunta a alguien de Ferrol por una peluquería de caballeros, probablemente le hablen de El Fénix, una barbería que lleva cortando el pelo «generación tras generación», explica Francisco Santiago, actual dueño e hijo de su fundador, Luis Santiago Vispo. El negocio original que data de 1950 -cumple ahora 65 años- estaba en la calle Carmen en la esquina con Manuel Cal, pero en los años setenta se trasladaron a su ubicación actual, en la plaza del Callao.
Se trata no solo de una de las peluquerías más antiguas de Ferrol, sino de Galicia y en su momento llegó a ostentar el título de la más grande de la comunidad, con ocho peluqueros.
De generación en generación
A pesar de lo que se pudiera pensar, al tratarse de un negocio tradicional, siempre han estado muy preocupados por el mundo de la moda, lo que hace que mantengan un perfil de cliente de todas las edades. «Es una peluquería a la que vienen todas las generaciones de la familia, desde abuelos a nietos» explica su dueño. Recientemente se han estrenado en las redes sociales, con una cuenta en Instagram, que en apenas cuatro meses ha logrado casi 1700 seguidores. Una manera más de acercarse a su público más joven.
En El Fénix son fieles a las tradiciones, y por el momento no piensan en transformarse en una peluquería mixta. «La peluquería masculina tiene una técnica totalmente diferente a la de mujer», explica Francisco, que se queja de que «en las escuelas de peluquería el 95 % de lo que aprendes está dirigido a cortes femeninos, por lo menos en la época que yo estudié».
Años mirando para aprender
Su padre fue uno de los profesionales de la tijera más importantes de su época -llegó a ser el presidente de la asociación gallega de peluqueros- y también su profesor más exigente, «antes de tocar a un cliente me pasé unos cuatro años mirando».
Lo de pasarse horas y horas observando a profesionales trabajar es algo muy común en este mundo y una anécdota de Ramiro Fernández -famoso por ser el peluquero de la selección española- lo demuestra. Resulta que la mayoría de sillas de las peluquerías hechas en España tienen licencia americana, por lo que llevan una chapa metálica con números que son las licencias de importación. El peluquero de La Roja le contó en una ocasión a Francisco que se pasaba tantas horas mirando cortes de pelo que ya sabía el número de la chapa.
Sobreviviendo a la crisis
El nombre de la peluquería también tiene su propia historia. Luis, cuando era joven, leyó un libro que contaba el mito del ave fénix, que siempre resurge de las cenizas. Le pareció apropiado, para que su negocio hiciese lo mismo. «Tenemos la crisis que tiene la ciudad. Bajan los habitantes, baja la clientela» afirma su dueño actual. Asegura que durante los días de semana de invierno, cuando todo suele estar vacío, se siente afortunado al ver la gente que tiene su negocio en comparación con otros. «Sobrevivimos en una ciudad difícil de sobrevivir». Pero eso no quiere decir que la clientela no pudiera ser más, «si voy a A Coruña y veo el movimiento que hay, es otra cosa», explica.
Durante los últimos tiempos se ha puesto de moda lo hipster y con ello las barbershop. Aprovechando la decoración tan vintage con la que cuenta el local -sillas como las de los establecimientos tradicionales y fotos antiguas, por ejemplo- Gadis lo eligió como localización para uno de sus anuncios de la campaña Vivamos como galegos, aunque finalmente no se pudo rodar ahí porque el equipo de grabación «no tenía donde esconderse, ya que salían reflejados en los espejos» lamenta Francisco.