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«Cansa más el baile que el fútbol»

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

césar toimil

Este matrimonio de Ferrol comenzó a danzar por casualidad y descubrió que poseen una habilidad innata para conquistar trofeos, ya tienen uno nacional y van a por otro

17 jun 2016 . Actualizado a las 07:53 h.

En el 2003 Fernando Caneiro se dejó llevar por su mujer, Ana María Vellón, a las clases de bailes de salón de un club de Narón; cuatro años más tarde comenzaron a competir juntos. «Jugaba al fútbol y lo tuve que dejar, esto es mucho más exigente: se suda y cansa más el baile que el fútbol», cuenta encantado por el último de sus triunfos: el campeonato de España en la categoría B y sénior. «Es algo así como la segunda división, pero estamos muy contentos, muy orgullosos», dice antes de dirigirse a una tarde de ensayos con su mujer en el pazo da cultura de Narón.

Cuando comenzaron a danzar ni se les pasó por la cabeza que entrarían en el circuito de los concursos. «Ahora se llama baile deportivo, no se usa ya lo de salón», precisa un ferrolano muy centrado en los retos que tiene por delante. Su ilusión pasa por hacerse con el campeonato nacional principal y para ello piensa trabajar duro. «No podemos dejar de dar las gracias a los dos profesores del Club de Baile Deportivo Narón, Sandra García y Román Romero», dice sobre sus descubridores. Los dos monitores fueron los que pusieron alas a esta pareja para que explotase sus condiciones innatas para la danza. Al año de las primeras clases les dijeron que tenían madera de bailarines profesionales: al principio se lo tomaron de broma, pero en el 2007 se anotaron al primer certamen y hasta hoy.

Solo latinos

Fernando y Ana María son muy disciplinados, ensayan muchas horas y se cuidan cual deportistas, pero se conceden ir solo por los caminos que les gustan, que son los latinos. «Bailamos bolero, chachachá, pasodobles y jive, pero no los otros más clásicos de salón como el foxtrot, simplemente nos gustan más los ritmos de los latinos», resume.

Tanta música caribeña marca la vida de una pareja que tiene en su familia una legión de fans. «No tenemos hijos, pero los nuestros están encantados y nos animan mucho, son grandes aficionados ahora». Los padres de la pareja acuden a cuantas competiciones pueden y los «miman» todo lo que pueden. Este apoyo es una de las claves de sus triunfos y se podría pensar que la agilidad o los movimientos elegantes son cruciales, pero Fernando apunta otra vía: las coreografías. «Es lo más complicado y lo que realmente hace ganar los concursos, hay que dedicarles mucho tiempo».

Como cualquier jugador de fútbol en sus entrenamientos hay una sesión de sofá para ver las florituras de bailarines a los que admiran. Muchas veces son miembros de su propio club los que les inspiran, pero cuando se ponen a soñar en alto ambos tienen claro a quién querrían emular en la pista: «Al campeón Edgar Marcos y a su compañera Alina Nowak, son una pasada, hay cientos de vídeos en Internet que te dejan sin palabras».

Por casualidad

En el 2003 comenzaron a ir a clases como una actividad más, pero cuatro años más tarde siguieron las recomendaciones de sus profesores y competían en su primer certamen. Han seguido en el circuito hasta hoy