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La plaga de la polilla asiática del boj se come los setos de la comarca

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Los arbustos de boj  de Capitanía están siendo devorados por la polilla asiática
Los arbustos de boj de Capitanía están siendo devorados por la polilla asiática BEATRIZ ANTON

La empresa de jardines de Ferrol ha detectado ya su presencia en varios parques

12 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando todavía no se ha logrado ganar la batalla a la avispa asiática, otra especie exótica invasora ha llegado a Ferrolterra para devastar los setos de la comarca. Se trata de la polilla asiática del boj -Cydalima perspectalis, en su nombre científico-, a la que muchos ya conocen popularmente como «papabuxos» por su rápida acción destructora sobre los arbustos de esta especie arbórea, muy utilizados en parques y jardines públicos.

Procedente de Asia, en Europa este tipo de oruga se localizó por primera vez en Alemania en el año 2006. De allí dio el salto al sur del continente, y en el 2014 se detectó ya en la comunidad gallega, en el municipio pontevedrés de Tomiño. Desde entonces, la imagen del «papabuxos» ha saltado con frecuencia a los medios de comunicación por los daños causados a jardines históricos de las Rías Baixas, como el de Castrelos de Vigo, o el excepcional bosque de boj de la isla de San Simón. Pero la acción devastadora de la polilla asiática siguió extendiéndose por la geografía gallega y hace ya dos años llegó también a Ferrolterra, aunque de forma mucho más tímida.

Prueba de ello es que la empresa de parques y jardines del Concello de Ferrol no detectó su presencia en los setos públicos de la urbe naval ni la primavera pasada, ni tampoco la anterior. Pero este año ha sido diferente. Operarios de la UTE formada por las empresas San José y El Ejillido -concesionaria del servicio municipal- descubrieron hace apenas dos semanas que la plaga había llegado a los setos del castillo de San Felipe y del parque de A Graña, donde ya han aplicado un tratamiento específico para frenar su avance, como también prevén hacerlo próximamente en los maceteros de boj instalados por el Concello en Capitanía, después de que vecinos de la zona detectasen en ellos la presencia de orugas asiáticas.

Imagen de un seto de Marín afectado por la plaga
Imagen de un seto de Marín afectado por la plaga MARCOS GAGO

De la virulencia de la plaga también da fe Francisco Pico, de Agroflor, quien asegura que el número de llamadas que recibe la empresa de particulares para interesarse por ella se ha disparado esta primavera. «El año pasado tuvimos alguna consulta esporádica, pero ahora son constantes, lo que demuestra que la presencia de la oruga asiática se ha multiplicado exponencialmente», advierte este experto.

Con la llegada de la primavera es cuando el problema ha salido a la luz, ya que el ciclo vital de la polilla asiática se extiende de abril a septiembre. Tras pasar el invierno aletargadas, las orugas despiertan con el buen tiempo y se alimentan vorazmente de las hojas para formar después un capullo sedoso y transformarse en polillas. Cuando son ya mariposas, se aparean y hacen puestas de huevos en el interior de las hojas, de las que nacen nuevas orugas. El problema es que se reproducen muy rápidamente (este ciclo puede llegar a repetirse tres o cuatro veces desde la primavera hasta el otoño) y, además, en Galicia no cuenta con depredadores naturales, como sí ocurre en su lugar de origen. Tan solo las avispas asiáticas las han atacado, pero esa es otra especie invasora contra la que también se está luchando, por lo que no se puede considerar una buena aliada para erradicar la Cydalima perspectalis.

ESTACIÓN FITOPATOLÓXICA DO AREEIRO

Jesús Collar Urquijo, jefe del departamento de Fitopatología del Laboratorio Fitopatolóxico e Agrario de Abegondo (A Coruña), recomienda no esperar y tomar medidas en cuanto se detecta que el arbusto está empezando a quedarse sin hojas. «Si estas desaparecen por completo y la oruga llega al tallo, la planta podría llegar a morir, porque sin hojas ya no podría hacer la fotosíntesis». 

¿El remedio? Un tratamiento combinado de insecticida y bacterias 

Para evitar que la polilla asiática siga amenazando los setos de la comarca, Fran Pico, de Agroflor, recomienda un tratamiento combinado que ataca tanto a los huevos y larvas como a las orugas adultas. Este técnico aconseja iniciar el trabajo con estas últimas, sobre las que se debe aplicar un insecticida específico, y hacerlo cuando el sol cae, «porque durante el día, con el calor, se ocultan en la planta y son más difíciles de ver». Pasados cuatro días, hay que repetir la operación. Y al cabo de unos cinco días, actuar sobre las larvas y los huevos con un tratamiento biológico con bacterias Bacillus thuringiensis.

Pico cree que la plaga de la oruga asiática no es un problema menor y advierte sobre los daños medioambientales que puede causar si no se toman medidas.