Más de 250 viviendas siguen en manos de Defensa en Ferrol

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

El Invied se ha ido deshaciendo en las dos últimas décadas de la mayoría del más de millar de casas militares que llegó a poseer

19 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mapa actual de viviendas militares de Ferrol poco tiene que ver con el de principios de siglo, pero todavía quedan más de 250 casas que son propiedad del Ministerio de Defensa. Así se deduce de los datos que maneja en la actualidad el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied), que continúa teniendo abundante actividad en la ciudad desde su sede de la calle Cuntis.

El Invied traslada a La Voz que, a día de hoy, figuran en su inventario un total de 239 viviendas militares en Ferrol, a las que se le suman 26 calificadas como pabellones de cargo, es decir, las que son domicilio oficial o de representación social del militar. Entre las corrientes, 226 están dentro de la etiqueta de enajenables, mientras son 13 las que no se podrían subastar. Entre ambos apartados se contabilizan hasta 77 que están sin ocupantes.

Desde Defensa indican que estas casas se encuentran «distribuidas a lo largo de todo el municipio». Aunque, por motivos de privacidad, optan por no indicar las direcciones exactas, se conoce que la mayoría están distribuidas por los barrios de Caranza, A Magdalena y Canido.

El Gobierno estatal, en el año 1999, elaboró la Ley de Medidas de Apoyo a la Movilidad Geográfica de las Fuerzas Armadas, que fue la raíz del bum de ventas en los años siguientes. Desde el año 2001 hasta la actualidad, el Invied ha enajenado 1.195 viviendas militares en Ferrol. De estas, Defensa se deshizo de 815 por el proceso de adjudicación directa a sus ocupantes, mientras las 380 restantes se concedieron por concurso.

El Congreso había anunciado en el 2003 que se quedaría solo con 47 en la urbe naval, pero por el momento la cifra de propiedades es cinco veces mayor. Los pisos de este tipo están sobre todo ocupados por exmilitares, sus cónyuges o familiares directos. En zonas como la plaza de España, donde estaban las mejor valoradas, sí que ya no queda ninguna en manos de Defensa.

En cuanto a los inmuebles vacíos, el gobierno local y el Invied habían puesto la luz en diciembre del 2015 en los que habían sido okupados, aunque no se supo más de las medidas que se iban a llevar a cabo. El instituto cuenta desde hace escasas semanas con un nuevo responsable en la ciudad, Álvaro Vizoso Gómez.

CESAR TOIMIL

Locales de hasta medio millón de euros en las últimas subastas

Más allá de las viviendas militares, el Invied ha sacado a subasta numerosos locales comerciales o inmuebles completos en Ferrol. Así, a lo largo del 2017, en el Boletín Oficial del Estado salieron publicadas hasta once enajenaciones de bajos, ubicados entre el casco histórico en Caranza, aunque sin éxito, en muchos casos por su alto coste.

El 21 de febrero salieron a puja un total de cinco locales de la avenida del Mar, calle San Diego y calle Lepanto. Los precios iban desde los 32.162,70 euros de un local de 53 metros cuadrados a los 438.616,90 -en primera subasta- que valían 914 m2.

Dos días más tarde, el 23 de febrero, el Invied hizo público una vez más el interés de deshacerse del antiguo edificio abandonado de Hacienda, en el número 75 de la calle Magdalena, sin uso desde el 2006 y que continúa inutilizado. El precio de licitación inicial fue de 797.612 euros. Lo aspiraron a obtener en cesión gratuita, sin éxito, los tres últimos gobiernos municipales.

Mientras, el 4 de abril el BOE publicó la subasta de locales en Caranza, en las calles Lepanto y Ejército Español; y en el centro, en Sol y María, este último por 550.720,86 euros (879 m2). El de Sol es el de la antigua farmacia de Marina. Además, el 26 de diciembre se ofertó otro local más de los de Caranza, donde la mayoría se encuentran ubicados en los altos edificios que dan a As Pías cerca de las Casas de Bazán.

Una inquilina de la calle del Sol: «Mi marido falleció y el piso quedó para mí por contrato»

En el edificio ubicado en el número 201 de la calle del Sol se da el caso de vecinos que aún a día de hoy siguen en régimen de alquiler y otros, la mayoría, que adquirieron su vivienda cuando les fue ofrecida por Defensa. En el primer grupo está una mujer en la segunda planta. «Mi marido era militar, falleció hace varios años y el piso quedó para mí por contrato», cuenta, aunque desconoce cuánto abona, pues los trámites los llevan sus hijos. Su caso, según la ley, es la del derecho del «cónyuge que conviviera con él al tiempo del fallecimiento». Otra vecina del mismo inmueble, Elia Salazar, explica que ella y su marido, también fallecido, compraron la casa y ahora no tienen «ningún vínculo» con el Invied.