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La estación de A Gándara pasa seis mil ITV más en un margen de dos años

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

La instalación ubicada en el polígono realizó alrededor de 110.000 inspecciones en el 2017

21 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La estación de la ITV de Ferrol, ubicada en A Gándara, tiene más trabajo cada año. Así lo acreditan las cifras de inspecciones realizadas, que en el conjunto del 2017 ascendieron a 110.103, según los datos que maneja la concesionaria del servicio, SyC-Applus+. Son más que el ejercicio anterior, cuando sumaron 106.716, lo que supone un salto del 3,2 %, similar al del conjunto de Galicia. Mientras, respecto al 2015 son seis mi revisiones más, contando que entonces alcanzaron 104.011.

La antigüedad del parque móvil y el compromiso de las administraciones en materia de seguridad son las dos principales causas de este aumento, según explican los responsables. En cuanto a la edad de los vehículos, la firma no maneja datos a nivel local, pero indica que en Ferrol es parecida al del resto de la comunidad, donde la media es de 16 años.

La mayoría de los vehículos que van a la estación de A Gándara pasan la inspección a la primera, alrededor de un 72 % en el 2017, un porcentaje que se reduce en un punto respecto al 2016. El año pasado fueron alrededor de 61.000, mientras los restantes 23.600 tuvieron que asistir una segunda vez. Asimismo, se contabilizaron 1.856 revisiones no periódicas, aquellas que se llevan a cabo para regularizar ciertos aspectos del vehículo.

En cuanto al tipo de transporte, el 80 % de los que pasaron por la ITV son turismos. Además, hubo un 15,63 % de vehículos de mercancías, un 3 % de motocicletas y ciclomotores; un 0,51 % de autobuses y también un 0, 48 % de vehículos agrícolas.

Las emisiones contaminantes son ya el tercer motivo de rechazo entre los turismos

Los principales puntos de rechazo, en general, según puntualizan desde SyC-Applus+, siguen siendo, por este orden, alumbrado y señalización; neumáticos y frenos. En concreto, en las categorías de turismos y vehículos de mercancías ligeros, se ha observado que el tercer motivo de rechazo ha pasado a ser el de emisiones contaminantes, ligeramente por encima de los defectos relacionados con el sistema de frenado.

Además de en A Gándara, la ITV se pasa en la comarca a través de las estaciones móviles que recorren los diversos municipios. El calendario de estas revisiones, con los horarios y ubicaciones, está disponible en la web de la empresa, desde donde aconsejan reservar cita previa.

«Está más saturado y no es fácil conseguir rápido una cita»

Á. A.

El sol caía a plomo ayer sobre el aparcamiento de la estación de A Gándara, pero ni con esas baja el ritmo de la ITV. De hecho, está calculado que son más usuarios los que aprovechan los meses de junio, julio y agosto para pasar la inspección, bien porque toca, bien porque tienen vacaciones.

Así, la mayoría buscaban un cobijo a la sombra durante la pequeña espera entre que se confirma la documentación y se realiza la revisión. Emilio Bermúdez, sentado al lado de su motocicleta, apuntaba que «de un par de años hacia aquí, está más saturado». «Soy dueño de un taller y sí que noto que no es tan fácil como antes conseguir una cita. Tuve que estar una semana sin andar en la moto, al no poderla pasar», señala. Por otro lado, considera que «está bien» que sean estrictos, aunque a veces hay detalles en los que no está de acuerdo. Como ejemplo, cita un cliente suyo al que le pusieron una falta grave por un cuadro cuentakilómetros que no se iluminaba.

Á. A.

También sobre las citas habla Eva Fernández, justo después de pasar «sin problema» la inspección. «Sí que hay lentitud. Además, me fue imposible pedirla por Internet o teléfono y tuve que venir aquí», dice. Sobre lo demás, tiene claro que «no hacen la vista gorda», como comprobó en años anteriores.

Parque móvil antiguo

La antigüedad del parque móvil se comprueba con el vehículo de José Pérez, que suma 27 años, aunque «siempre ha pasado la ITV». «En mi caso fue bien, como siempre, el coche va aguantando. Eso sí, siempre lo miro antes de venir por si hay que tocar alguna cosilla», relata.

Otro de los aspectos que no convence a los usuarios es el coste de la inspección, que es «muy cara», comenta Alejandra López, que enseña el tique de 47,18 euros. «Lo demás, sin problema», añade. Al lado está Fernando, que sí que ha notado que «miran más que antes», aunque deja claro que «está bien que los trabajadores cumplan». Mientras, Xosé se la iba a pasar a un amigo «de prestado». «O servicio está bastante ben», valora. El estado anímico, está claro, va de la mano de pasarla a la primera.