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¿Sabes qué es el fuego de San Telmo?

museo naval FERROL

FERROL CIUDAD

CEDIDA POR ARSENIO QUIJANO ÁLVAREZ

Explicamos un fenómeno muy curioso que producía un cierto temor y que era considerado por muchos navegantes como un signo de mal agüero creando superstición

23 mar 2019 . Actualizado a las 19:09 h.

 Desde la antigüedad en la mar se observó un fenómeno muy curioso que producía un cierto temor y que era considerado por muchos navegantes como un signo de mal agüero creando superstición. Este consistía en la aparición de una especie de luces o llamas en los penoles (extremos de los mástiles) y en los picos (puntas) de los palos, de los barcos -modernamente también se puede ver en los aviones- y que se le denominó Fuego de San Telmo.

Este fuego, realmente, es un fenómeno físico provocado por la ionización del aire dentro del campo eléctrico, que se produce en algunas tormentas eléctricas, originando la aparición de un brillo blanco-azulado, que se observa principalmente en las puntas de gran curvatura, como los extremos de los mástiles, provocando además alteraciones en el compás (brújula), de los barcos, que sufren el fenómeno. Su aparición contribuía a acrecentar los temores de los antiguos marinos, ya de por sí imbuidos de una gran superstición, que pensaban que cuando se producía el tan para ellos exotérico fenómeno, era preludio de una tragedia próxima para la nave.

Por el contrario, había otros marinos que pensaban que era un signo de especial protección del Santo. Un ejemplo de los que lo consideraban un mal presagio, lo encontramos en la novela de Herman Melville «Moby Dick», donde leemos: «¡Mire allá arriba -gritó Starbuck-. El fuego de San Telmo!… Mientras arriba ardía este pálido fuego, se oyeron pocas palabras entre la hechizada tripulación, que en un solo grupo apretado, estaba en el castillo de proa, con todos los ojos centelleantes en esa pálida fosforescencia… Fuego de San Telmo ten piedad de nosotros». Por el contrario en uno de los viajes de Colón al Nuevo Mundo, escribía su hijo Hernando Colón refiriéndose al Fuego: «Donde se aparezca, nada puede peligrar».

En el diario de Antonio Pigafetta, durante el viaje de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián de Elcano, también se hace referencia al Fuego de San Telmo, considerándolo como de buen augurio. Modernamente aunque las supersticiones en la mar ya no están tan arraigadas, sabemos que en cierta ocasión (años 80 del pasado siglo), el Capitán de un buque, navegando en el seno de una tormenta eléctrica como la anteriormente descrita, saltó sobresaltado de su sillón, ordenando caer con toda la caña a estribor, al ver una luz blanca en la proa, pensando que se trataba de la luz de un buque, que resultó ser un fuego de San Telmo, encima del torrotito (palo situado en la proa del propio barco).

El fenómeno fue estudiado entre otros, por Benjamin Franklin, que descubrió la naturaleza eléctrica del mismo. Por último decir, que el fuego de San Telmo, debe su nombre a San Erasmo de Formia (Sanct’ Elmo), considerado como patrono de los marineros. Sin embargo, a la postre se atribuyó a San Pedro González Telmo, un santo español del siglo XII perteneciente a la orden dominica (esa es la razón por la que se representa a San Telmo en España, vestido de dominico con una vela y un barco) al que se encomendaban los marineros españoles de la conquista de América.

 Ven al Museo Naval de Ferrol y te contamos más cosas (abierto de martes a viernes, de 9.30 a 13.30 h; sábados, domingos y festivos, de 10.30 a 13.30 horas). Más información en la web del museo http://armada.mde.es/museonavalferrol y visitas guiadas en la dirección de correo: museonavalferrol@fn.mde.es