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Jenaro Fernández: «Me siento orgulloso de lo que he creado, y sobre todo de mi familia»

Ramón Loureiro Calvo
ramón Loureiro REDACCIÓN / LA VOZ

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Cumplió el viernes 80 años de edad, coincidiendo con el medio siglo de su primera joyería

03 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Jenaro Fernández Piñón (Montoxo, Cedeira, 1939) cumplió el viernes 80 años de edad. Y ese mismo día, la joyería que lleva su nombre -y que más tarde iría dando origen a otros cuatro establecimientos más, entre ellos una galería Sargadelos- cumplía medio siglo de vida. Son 50 años al frente de su propia firma, pero bastantes más de 60, como él mismo recuerda, en una profesión a la que, a su edad, sigue estrechamente unido. «No valgo para estar sin hacer nada, siempre me ha gustado trabajar», dice Jenaro, que todos los días, sin faltar ni uno, sigue acudiendo a su establecimiento de la calle Galiano de Ferrol. Exactamente igual que en 1969.

-¿Y cómo era aquel Ferrol, el de hace medio siglo?

-El Ferrol de 1969, el de hace medio siglo, era una ciudad muy importante, llena de vitalidad. Comprendo perfectamente que quien no haya vivido de cerca aquel Ferrol no pueda imaginar hoy lo que llegó a ser. La economía local vivía un momento muy bueno, y eso tenía su reflejo en todo. La economía es fundamental en todos los ámbitos, y la pérdida de poder económico ha hecho de Ferrol una ciudad muy distinta de la que fue.

-Con la perspectiva que le aporta el paso del tiempo, ¿qué balance hace usted hoy, en lo personal?

-Pues creo poder decir que me siento orgulloso. Me siento orgulloso de lo que he creado, y sobre todo me siento orgulloso de mi familia. Yo en mi profesión comencé poco a poco, como pude, tras haber considerado también la posibilidad de emigrar a Uruguay, idea que no gustaba a mis padres, y paso a paso, con mucho trabajo, he ido creando lo que hoy se ve. Pero sin mi familia eso hubiese sido imposible. Si nuestra firma cumple 50 años es porque tengo conmigo a mis hijos.

-La orfebrería, la elaboración de las piezas que se crean con metales nobles, y ya no digamos la labor que se realiza con las gemas, con las piedras preciosas, han fascinado a todas las culturas desde el fondo de las edades, desde la noche de los tiempos. Son oficios volcados en la búsqueda de la belleza...

-Sí que lo son, sí. Grandes oficios. Pero mire: yo no me he considerado nunca un orfebre. Soy un joyero que ha tenido y tiene entre sus empleados a profesionales magníficos. Me alegra mucho poder decir, por cierto, que ha habido empleados que han estado con nosotros durante toda su vida laboral. Sé, de orfebrería, lo que he ido aprendiendo durante los años a base de trabajo y de esfuerzo. Y de las gemas, otro tanto. Mis hijos, en cambio, sí que saben mucho ya. Se han formado muy bien. Es otra generación.

-Y a estas alturas de la vida, ¿qué recuerdos vienen a su memoria?

-Recuerdos, muchos. Estoy muy agradecido a todos las personas que a lo largo de los años confiaron en mí, en especial a mis clientes. ¡Gracias a todos...!