Marta Saavedra: «Al comprar un piso, hay tres cosas importantes: el sitio, el sitio y el sitio»
FERROL CIUDAD

De niña soñaba con ser escritora, pero por tradición familiar terminó dedicándose al negocio inmobiliario. Es optimista y asegura que el mercado está «muy vivo» en Ferrol
07 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Charlando con Marta Saavedra (Ferrol, 1973) el tiempo se pasa volando. Calculamos que la entrevista duraría unos cuarenta y cinco minutos, y al final nos tiramos casi hora y media hablando. Es un fastidio no poder conversar cara a cara, pero hasta por teléfono Marta transmite optimismo, energía y confianza en el futuro, tres bienes escasos en estos tiempos de pandemia. Acaba de cumplir 48 años y desde hace ya más de dos décadas comanda la agencia inmobiliaria Artemisa y la tienda de informática del mismo nombre, ambas en el barrio ferrolano de Esteiro. Su madre estaba al frente de la primera y su padre fundó la segunda -Pili Martínez y Pepe Saavedra, ambos ya fallecidos-, y aunque Marta dirige los dos negocios familiares junto a sus tres hermanos, su trabajo está centrado sobre todo en la inmobiliaria, donde también tiene su despacho de abogada especializada en asuntos relacionados con el ladrillo. «Tengo un equipo muy bueno, algo que para mí es muy importante, porque yo pienso que el principal valor de una empresa es su capital humano», dice sin obviar el compañerismo de su plantilla.
A pesar de los estragos que ha traído consigo la pandemia, Marta asegura que el mercado inmobiliario está viviendo un momento «muy atractivo» en Ferrol, con una oferta y una demanda «muy vivas». «Hay precios muy asequibles y eso ha facilitado el acceso a la vivienda de familias que en otro momento ni se lo plantearían y también a inversores que compran y rehabilitan», explica Marta, al mismo tiempo que subraya las facilidades que ofrecen ahora los bancos. «Tras un parón importante por la crisis, vuelven a dar hipotecas, y como la rentabilidad del alquiler es alta en Ferrol, eso está animando a comprar no solo a inversores, sino también a pequeños ahorradores», expone.
Marta asegura que las ventas se incrementaron en el 2020 y cree que el 2021 sigue por el mismo camino. «Lo que más se venden son pisos para reformar y casas con finca. Estas últimas también están muy demandadas para alquilar, pero el problema es que no hay mucha oferta. Casa con finca que entra en la agencia, casa que se alquila al instante», comenta.
A Marta ese bullir del mercado le produce buenas sensaciones. «Hay gente de fuera invirtiendo en Ferrol y también promotores de aquí que se animan a rehabilitar edificios enteros en el centro. Y eso es buenísimo, porque no solo supone recuperar el patrimonio, sino que también trae vida a la ciudad», advierte.
Le pregunto el secreto para acertar en la adquisición de una propiedad y ella enseguida echa mano del recetario familiar: «Mi padre siempre decía que a la hora de comprar un piso hay tres cosas muy importantes a tener en cuenta: el sitio, el sitio y el sitio -dice entre risas-. Creo que tenía razón porque la ubicación es fundamental, y luego también hay que estudiar bien las necesidades, tener claro hasta cuánto se quiere invertir... Yo siempre recomiendo planificar bien la compra, pero luego cada persona es un mundo. Hay gente que tarda cinco años en decidirse y otra que ve una casa y al día siguiente ya te dice que la quiere».
Criada en Alcalá de Henares
Marta nació en Ferrol, pero su infancia y juventud las pasó en Alcalá de Henares, adonde se marchó la familia después de que a su padre le ofreciesen un trabajo como informático. Cuando cumplió los 24 años, todos regresaron a la ciudad de los astilleros y las grúas que parecen cigüeñas. Y ya nunca se movió de aquí. Cuenta que todavía se siente un poco alcalaína, aunque le puede el sentimiento ferrolano. «Adoro esta ciudad y soy optimista, porque pienso que lo tiene todo para salir adelante», dice convencida.
En sus ratos libres, a Marta le gusta compartir tiempo con sus dos hijos, salir de cañas con los amigos, escuchar música indie -es fan de Sr. Chinarro, Christina Rosenvinge o McEnroe- y también leer, que por algo de niña siempre decía que de mayor sería escritora. «A veces escribo algo, pero lo destruyo enseguida. Si algún día encuentro algo interesante que decir, una voz propia y tengo tiempo, igual me animo... ¡Tal vez cuando me jubile!». Energía desde luego no le falta.