De los 15 clubes de alterne que hubo en la zona solo siguen abiertos cuatro
30 jul 2021 . Actualizado a las 21:56 h.El freno que supusieron las restricciones derivadas de la pandemia del coronavirus, con cierres perimetrales de poblaciones y vetos en los aeropuertos a la entrada de extranjeros, provocó un importante descenso de la prostitución en la zona de Ferrol. Los clubes de alterne, que ya estaban en horas bajas a raíz de los controles conjuntos de la Policía y los inspectores de trabajo y del incremento de la prostitución en los pisos, siguieron cerrando y en la actualidad, de los quince que hubo en la zona, cuando se reabrió el ocio nocturno solo cuatro retomaron la actividad.
El último en echar la llave fue el local La Ría, situado en la calle Lugo de Ferrol, que cerró con el confinamiento y no volvió a abrir. Mientras que sí lo hicieron el Noray y el Talismán, en Ferrol; Dolce Vita, en Neda; y Klass, en As Pontes, según la información facilitada por fuentes policiales.
Algunos locales de alterne que durante años tuvieron una intensa actividad, como Jade, situado en la zona de Catabois, o el Queens, ubicado en la parroquia naronesa de Castro, ya habían cerrado antes de la pandemia y siguen así. En el caso de este último, se trata de un amplio chalé con finca que ya lleva unos meses a la venta.
Por lo que respecta a los pisos en los que se ejerce la prostitución, la Policía tiene constancia de que de los 50 o 60 que había antes del covid entre Ferrol y Narón, ahora solo están operativos 15 o 20. Casi todos son las viviendas utilizadas de forma fija por los proxenetas, mientras que de lo que ocurría con otros pisos que se alquilaban por períodos cortos, de cinco o seis meses, para después mudarse a otro, no se tiene constancia de que esté pasando en la actualidad.
Esta significativa reducción de la prostitución se debe, fundamentalmente, a que, a causa del covid, hubo gente que regresó a su país de origen y, como consecuencia de las restricciones, tampoco podían entrar extranjeros en España.
No obstante, desde que esas restricciones se aliviaron, los responsables policiales encargados de los temas de extranjería ya están notando un cierto repunte de la actividad en la zona de Ferrol, porque han comenzado a circular las cartas invitación tan utilizadas por los proxenetas para atraer a mujeres, principalmente de Sudamérica, la mayoría de las veces engañadas con promesas de otros trabajos, y después obligadas a prostituirse.
Las redadas policiales de los últimos años habían logrado que la situación de los clubes de alterne se regularizase, con contratos como camareras de alterne y altas en la Seguridad Social, pero en los pisos privados resulta más complicado intervenir, porque es necesaria una orden judicial para entrar y contar con la denuncia de alguna víctima que esté ejerciendo bajo amenazas de las mafias. Cabe señalar que cuando se ejerce libre y voluntariamente, la prostitución no puede ser sancionada.