
Médico jubilado, con 80 años cumplidos atesora varios récords mundiales y afirma que solo los grandes hombres conocen las bondades de la siesta
24 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Hablar con este hombre es terapéutico. Sube la moral. Lo localizo en Ancona, Italia, a punto de participar en un encuentro deportivo para veteranos. Me da no se qué llamar Pepín a un señor que ha cumplido los 80. Pero él me dice que adelante, que mientras no vaya a que me ausculte, en cuyo caso debería llamarle doctor, lo de Pepín está bien. Así que me dejo seducir por el doctor José Vicente (Pepín) Rioseco, (Ferrol, 1941) y tomo nota de sus consejos.
-¿Qué hace en Ancona?
-Aquí se celebran unos encuentros internacionales en los que participan doce naciones con atletas de más de 70 años. Yo compito en el 1.500 y al día siguiente en el 800.
-¿Cómo se encuentra?
-Me encuentro bien, con esa pequeña ansia que siempre hay antes de una competición. Hace dos semanas he batido el récord del 3.000, así que bien. Lo único que no me gusta es que tengo las pruebas por la tarde, pero bueno, hay que adaptarse.
-Menos a las carreras de velocidad, usted le pega a todas las distancias.
-Lo que mejor hago es el medio fondo, entre 800 y 1.500. Aunque llego hasta el 5.000. Si quisiera podría correr otras pruebas, pero más cómodo estoy en el medio fondo.
-Seguro que en todas las entrevistas le preguntan donde está el truco. Yo no me puedo resistir a preguntárselo también.
-Siempre respondo lo mismo. No hay ningún truco. Igual soy un poco inconsciente y esto sucede porque la genética es así. El amor al deporte, el querer vivir, forma parte de mi cultura. Durante muchos años, el juego de mi vida era mi profesión y, en cuanto me retiré y tuve mucho tiempo libre, me dije que la mejor forma de utilizarlo era haciendo deporte. Y decidí hacerlo bien. Así que me paso la mañana haciendo deporte. Tuve suerte de que nunca padecí enfermedades importantes.
-¿Y por la tarde?
-Me echo una siesta y, cuando me levanto, leo.
-¡Qué importante es la siesta!
-Solamente los dioses y los grandes hombres sabemos lo que es la siesta, ja, ja. Un hombre, por el mero hecho de echar la siesta, ya se convierte en un gran hombre.
-¿No teme que la práctica del deporte a un nivel tan exigente le provoque alguna lesión de la que le resulte difícil recuperarse?
-Es verdad que ya no te recuperas igual que a los 20 años, pero yo no soy consciente de mi edad; vosotros lo sois más. Vivo como me siento. Ese concepto de octogenario que todo el mundo intelectualmente tiene, yo no lo tengo de mí mismo. Y a lo mejor ese es el secreto: el ser un poco inconsciente en ese sentido. Si corro es porque puedo correr y si nado es porque puedo nadar.
-¿Qué edad tendría a partir de sus datos médicos, no cronológicos?
-No lo cuantifico.
-Leí que de vez en cuando se toma unas cañitas o va a una cata de vinos.
-Durante muchos años organicé conferencias en el Club de Campo y al final hacíamos una cata de vinos. A mí me gusta el vino aunque ahora no lo tomo habitualmente y menos en competiciones. Bebo cerveza, pero sin alcohol. Pero si salgo con amigos a tomar unas tapas o a una cena especial, sí tomo vino. Por suerte tenemos una cultura del vino en España que es muy importante. Tomar un vino de vez en cuando, si estás sano, forma parte de la felicidad.

-¿Alguna vez fumó?
-Nunca. Y no pienso hacerlo. Sin embargo, cuando yo era niño, mi padre me llevaba a ver los partidos del Rácing y, cuando metían gol, él encendía un puro y ese olor me recuerda aquel ambiente.
-Seguro que su horizonte de competición no tiene límites.
-Decía don Gregorio Marañón: «No hagas planes para después de mañana». Yo no llego a tanto. Algún plan para después de mañana hago, pero pocos. El vivir ya te dirá cual es el camino. Yo recorro el camino y voy viviendo.
-¿Toma alguna pastilla?
-No hombre no. Y le diré que la mayor parte de la gente que toma pastillas para el colesterol no debería tomarlas. Porque el aumento del colesterol se combate bien con un régimen de comidas correcto y un poco de ejercicio.
-¿Diría que es usted una persona espiritual?
-Todos lo somos en alguna medida. Mire, una de las cosas que hace que me dé cuenta de que me estoy haciendo mayor es que, en vez de leer libros nuevos, releo libros que me gustaron. Y ahora estoy con Rojo y Negro de Stendhal y eso hace que me sienta muy espiritual. Pero cuando corro no me siento nada espiritual, me siento como un caballo desbocado y me puede lo físico.
-¿Celta o Dépor?
-Ninguno de los dos, ja, ja. Para mí solo hay dos equipos: el Rácing, que está en lo más profundo de mí. Y el otro es el Real Madrid.
-Autodefínase en breve.
-¡Qué difícil!... Soy optimista, con capacidad de trabajo. No soy demasiado variable, quiero mucho a los míos y soy muy agradecido, no olvido los favores.
-Como Vito Corleone.
-No, porque yo me olvido de las ofensas.
-No alimentar el rencor es una gran virtud.
-Yo no sé lo que es el rencor vivido en mí mismo. Prefiero volver a equivocarme confiando en una persona que lo contrario.
-Cuénteme un sueño que acaricie.
-Solo aspiro a seguir viviendo este mundo. Vivir es una maravilla.
-Dígame una canción.
-Libre, de Nino Bravo.
-¿Qué es lo más importante en la vida?
-Amarla tal como venga y adaptarse a ella. A las cosas positivas y a las negativas.