Un nuevo proyecto en el casco histórico
13 ene 2022 . Actualizado a las 20:54 h.Es cierto que hay establecimientos que se ven abocados por diversos motivos a echar el cierre, pero no es menos cierto que en Ferrol también se ponen en marcha proyectos tan ilusionantes como el que ha iniciado su andadura en el número 62 de la calle de la Iglesia, junto al mítico Tupinamba, cerrado desde hace años. Hablamos de Flores de Mis Amores, la tienda de flores y decoración que ha puesto en marcha Dolores Veloso Recarey, una filóloga con trabajo discontinuo, madre, opositora y como ella misma se define aficionada a hacer cosas bonitas. Desde siempre ha sentido pasión por la decoración, las flores, la moda, la peluquería y ha decidido aparcar todo lo demás para dedicarse a lo que le gusta emprendiendo. Encontró el local ideal en la calle de la Iglesia y el día 22 de diciembre, el de la lotería de Navidad, abrió las puertas de su local en el que encontramos flor fresca, artículos de decoración y hogar de la firma Ofelia Home & Decor y flor seca y preservada. Se ha formado en todo lo que tiene que ver con arte floral y sigue aprendiendo con el objeto de ofrecer algo diferente. Afirma estar muy contenta de la respuesta del público en estos primeros días. Deseamos que lo de abrir el día de la lotería le depare la mejor de las suertes.
Algo más que arreglos
Otro local que recupera vida es el que ocupa el número 3 de la calle Sánchez Barcaiztegui, justo al lado de la zapatería Faiña que hace esquina con la calle de la Iglesia y en el que durante mucho tiempo estuvo ubicada la mercería Peli Rosa. Allí ha instalado su Atelier la diseñadora y modista Manoli Devesa. Cuenta que al quedarse vacío el bajo de su propiedad decidió llevar su trabajo a pie de calle. Fue en las pasadas Navidades cuando comenzó con los preparativos para instalarse e iniciar una nueva andadura por el difícil camino de la moda que desde muy joven ha sido una de sus pasiones y se ha convertido en profesión. Un cartel en la puerta de su local dice: Modista, arreglos de prendas de tela, punto y piel. Pero Manoli ha traído a Ferrol algo más que una tienda de arreglos. Como le contó un día al periodista, escritor y viajero Roberto L. Moskowich-Spiegel Pan, hace ya algún tiempo, «...como los pintores pintan cuadros toda su vida, yo crearé, diseñaré, y si me compran venderé, pero lo que es seguro es que seré muy feliz y lo compartiré con vosotros. Con hacer lo que me gusta y poder enseñarlo ya me siento pagada. Gracias a todos por la acogida». Lo curioso de todo esto es que María Rodríguez Folgar ha sido la culpable de este artículo por permitirme comprobar que el mundo es un pañuelo. Y es que fue ella la que me dio la pista para volver a encontrar a Manoli, a quien desde los años 90 le había perdido la pista. Ya entonces tenía nombre en el mundo de la moda.
Visitas guiadas
Hasta el 11 de marzo se organizan visitas guiadas gratuitas a la exposición temporal Facendo Historia. 15 anos de arqueoloxía da UDC en Oriente Próximo que acoge el Ateneo, orientadas a centros educativos, asociaciones y colectivos previa solicitud a: fenollos@udc.es. Las visitas de escolares incluirán un taller de introducción a la escritura mesopotámica, la más antigua del mundo. Comisariada por Juan Luis Montero Fenollós, profesor de Historia Antigua, con la colaboración de los fotógrafos José Pardo, Eloy Taboada y Víctor Rivera, la muestra fusiona arqueología y fotografía convirtiéndose en una ventana abierta para dar a conocer los 15 años de investigaciones arqueológicas de la Facultade de Humanidades de la UDC en Siria y Palestina. El recorrido por las dos plantas del Ateneo está organizado en varios módulos con fotografías, planos, textos, vitrinas y audiovisuales, que se completan con un espacio que recrea una excavación arqueológica en la Mesopotamia del año 3.300 a.C. El visitante se acerca así a diversos aspectos relacionados con el proyecto ferrolano como son cooperación, ciencia, vida cotidiana o arqueología. Así, por ejemplo, en la vitrina sobre arqueología está el paletín con el que se excavaron dos textos cuneiformes asirios del siglo XIII antes de Cristo, la impronta de un sello babilónico o una réplica de una cerámica de hace cinco mil años.