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La voz de un ferrolano en la Academia de Bellas Artes

FERROL CIUDAD

cedida

Concierto de Gabriel Alonso y Aurelio Viribay

02 feb 2022 . Actualizado a las 21:35 h.

La sede de la Real Academia de Bellas Artes, en A Coruña, acogió el pasado martes el concierto de presentación del magnífico trabajo discográfico que acaba de publicar el barítono ferrolano Gabriel Alonso, acompañado al piano por Aurelio Viribay. Y la mejor manera de presentar el disco era con un concierto en un auditorio muy especial, y con público entre el que se encontraban compositores como Margarita Viso, Fernando Buide o Juan Durán, académico y compositor que realizó la presentación en la que también intervino José Manuel Yáñez en representación del Grupo Beroly. No Camiño-Dous séculos de canción galega es el título del trabajo presentado, un recorrido musical que arranca en el siglo XIX y termina en el siglo XXI. Gabriel estaba muy feliz de poder llevar a cabo la presentación en un marco tan especial aunque sigue esperando poder presentar el disco en Ferrol para cumplir su máximo deseo de darlo a conocer en su ciudad natal. El disco que podemos encontrar a la venta en la Central Librera de la calle Dolores ha sido editado por Grupo Beroly, a través del sello discográfico GeBé Music. Como ya señalamos en esta página, incluye temas como Meus amores, Un adiós a Mariquiña y obras contemporáneas de compositores como Juan Durán, Octavio Vázquez o Fernando Buide, así como fragmentos de zarzuelas, escritas en gallego, de obras como Non Chores Sabeliña y Miñatos de Vran. El broche final al concierto de presentación lo puso la interpretación fuera de programa de Negra Sombra, otro de los temas recogidos en el disco con el que cautivó al auditorio.

I. VALERIO

Un local que gusta

El 25 de abril de este 2022 se cumplirán los cuatro años de trayectoria de un local que ha dado vida al último tramo de la calle Poeta Pérez Parallé en Canido. Allí se puso en marcha en 2018 el exitoso colmado Artesa, famoso por sus artesas en forma de pizza hechas sobre pan. Allí Pablo Santiago ha tomado las riendas de un negocio que puso en marcha su prima Alicia y le ha dado su toque personal, aunque aparentemente nada ha cambiado, salvo la carta, que se ha ampliado con más variedades de artesas como la de pulpo o la de pollo, que señala «están gustando mucho». Pablo se inició en el mundo de la hostelería en 2019 en Tía Carmiña, el otro negocio que regentaba su prima en la Plaza de Canido. Pero llegó la pandemia y todo cambió. Alicia buscó nuevos horizontes y Pablo decidió apostar por quedarse al frente del negocio, que sigue siendo un referente en el barrio por su buen producto y por lo agradable que resulta el local ambientado como los antiguos colmados de su Cariño natal. La gente del barrio les ha acogido magníficamente, y Pablo decidió dejar sus anteriores ocupaciones como economista para atender a una clientela que es como de la casa.

I. VALERIO

El héroe en la cocina

El secreto de las artesas lo guarda Elieser Amador Lago Cabrera, Eli para los amigos, el cocinero de Artesa. Un joven con solo 37 años pero muy vividos. Su historia daría para un libro de aventuras, supervivencia y lucha por salir adelante doblegando la adversidad, pero tratamos de resumirla. Nacido en Venezuela y dedicado desde muy joven a la cocina decidió hace unos años buscar un horizonte mejor para él y su familia fuera del país caribeño. Salió de su casa y caminando llegó a Colombia dejando atrás a su familia. Trabajó durante un año en Bogotá para conseguir pagarse el pasaje que lo trajese a España y mas concretamente a Ferrol, donde su abuelo paterno tenía una casa. Con una llave de esa casa que le entregó su padre llegó a Ferrol en busca de sus raíces sin saber qué se encontraría. Tras tres meses malviviendo y tratando de subsistir encontró su primer trabajo en una pizzería. Con sus ahorros fue trayendo a su mujer y sus hijos y también a su padre. Es un auténtico héroe con una vida de película. Pero cuando ya estaba asentado en Ferrol, al llegar la pandemia se quedó sin trabajo, y por aquello de que él no sabe estar parado, se marchó a Francia a trabajar en el sector de la construcción con su hermano. Hace unos meses Pablo le llamó para volver a Artesa. Él está feliz de poder vivir en esta ciudad trabajando en lo que le gusta, su sonrisa lo dice todo, a pesar de que la mascarilla la oculta. Su mirada dice lo que siente.