Botellones en Ultramar aumentan la conflictividad los fines de semana

FERROL CIUDAD

Vecinos y dueños de negocios de la calle Sánchez Calviño afectados por los botellones y fiestas nocturnas en la calle
Vecinos y dueños de negocios de la calle Sánchez Calviño afectados por los botellones y fiestas nocturnas en la calle JOSE PARDO

Los vecinos y los comerciantes están hartos de las reyertas y los daños

21 feb 2022 . Actualizado a las 18:31 h.

Gritos, peleas, música a todo volumen y mucho jaleo en la calle hasta las seis o las siete de la mañana en Ferrol. A esa situación se enfrentan las noches de los jueves, viernes y sábado los vecinos que viven en las manzanas de la calle Sánchez Calviño, en el ferrolano barrio de Ultramar, en las que hay dos discotecas: Chic y La Reserva. Y las mañanas que siguen a esas noches los residentes y los dueños de negocios asentados en esa zona tienen que soportar también los resultados de la fiesta, en forma de vomitonas, micciones, vasos rotos, coches con las placas de matrícula y los retrovisores doblados, daños en las terrazas de hostelería y en los escaparates, y mucha basura por la acera, la calle e incluso dentro de los portales de las viviendas.

Los afectados explican que estas fiestas nocturnas de fin de semana que comienzan el jueves, incluyen botellones y constantes reyertas, que se desarrollan, sobre todo delante de la discoteca Chic, cuyo propietario, Jesús Basoa, aseguró ayer a este periódico que en su local no hay ningún problema y que los follones los protagonizan la gente que está en la calle.

Los vecinos y los dueños de los negocios se muestran hartos de esta situación y exigen al Concello de Ferrol que tome medidas «para acabar con este infierno». Según comentan, la Policía acude a la zona varias veces durante la noche, pero solo interviene cuando está habiendo alguna pelea o cuando alguien denuncia daños.

Carlos Torreiro es uno de los últimos afectados. La madrugada del sábado hubo una pelea y le rompieron la luna de uno de los escaparates del negocio que está acondicionando para abrir en breve plazo. Acudieron la Policía Local y la Nacional, identificaron a varias personas y los agentes de la Comisaría detuvieron a un varón, no por los daños en el local, sino porque que tenía otras causas pendientes.

Carlos Rodríguez Gómez vive enfrente de la discoteca y asegura que muchas veces tienen problemas para entrar en su propio portal, porque hay gente dentro y por toda la acera. «Los fines de semana ya no podemos aparcar los coches aquí, tenemos que dejarlos en el quinto infierno, porque aparecían las matrículas y los retrovisores doblados», indica, añadiendo que no pueden dormir y la situación es insoportable.

Los locales de hostelería también se ven afectados. Juan Paz es el dueño de Casa Juan y, según indica, utilizan su terraza de madera para beber, hacer pis y vomitar, ya le rompieron varias sillas y otras aparecieron en la calle Nueva. «Alguna vez después de cerrar me quedo dentro haciendo cosas y un día vi a un chico haciendo pis en mi terraza, le llamé la atención y se enfrentó a mí. Tuve que volver a bajar la persiana y sujetarla con el pie desde dentro, porque intentaba abrirla a golpes. Ahora ya no les digo nada, por miedo», manifestó este hostelero, añadiendo que este fin de semana fue el primero que no había botellas y vasos en su terraza, que, no obstante, las sillas y mesas estaban todas revueltas.

Carolina Lizandra, que regenta la tienda Comer sano mola, también tiene que emplearse a fondo en asear la entrada de su negocio —hace poco se encontró con los restos de una pequeña fogata en la repisa del escaparate— y coincide con Juan Paz en que este fin de semana, al menos recogieron las botellas y vasos, algo que atribuyó al personal de Urbaser.

La presidenta de la asociación de vecinos de Ultramar, Natalia Ares, asegura que llevan meses pidiendo al Concello más vigilancia en la zona. «La semana pasado volvimos a insistir en una reunión que tuvimos por otros temas con el concejal de Seguridad y el jefe de la Policía Local, y nos dijeron que las patrullas sí están yendo a controlar la zona, pero los vecinos se siguen quejando», indicó.

Jesús Basoa, responsable de la discoteca Chic: «En mi local no hay problemas, son los que no pueden entrar los que montan la fiesta en la calle»

El responsable de la discoteca Chic, Jesús Basoa, aseguró ayer a La Voz que dentro de su negocio «no hay ningún problema, por eso viene tanta gente, que a veces ya no cabe, y yo estoy en contacto con la Policía siempre». Según dijo, «la fiesta la montan en la calle los que no pueden entrar, bien porque son menores de edad o no tienen el certificado covid, o porque tuvieron algún follón dentro y no los dejamos pasar». Y añadió que por eso hacen botellón fuera, con sus propias bebidas y vasos, que esconden debajo de los coches, además de poner música. Basoa calcula que en la fiesta con altercados del fin de semana habría alrededor de cincuenta personas. A su modo de ver, es un problema de difícil solución, que no tiene nada que ver con su local, en el que dice que no permiten entrar con bebidas.