
Una familia de Ferrol acabó en el hospital por un suceso que pudo haber derivado en tragedia
21 abr 2022 . Actualizado a las 10:35 h.El mal funcionamiento de una caldera, un calentador, una estufa o un brasero pueden desembocar en lo que se conoce como una «muerte dulce», porque las víctimas no son conscientes de que algo va mal en su entorno. Tres miembros de una familia que reside en el ferrolano barrio de Ultramar vivieron un episodio de esas características el pasado martes, pero, por suerte, el grado de afectación del monóxido de carbono en la hija fue menor y pudo pedir auxilio para su madre, a la que encontró tendida en el suelo por causas que desconocía. La rápida intervención de los bomberos de Ferrol evitó lo que podría haber sido una gran tragedia y las tres personas intoxicadas fueron rescatadas a tiempo y trasladadas al hospital.
Según la información facilitada por el jefe de los bomberos ferrolanos, Aureliano Bacelo, no suele haber muchos accidentes de este tipo, pero sí los suficientes como para que la gente tome las debidas precauciones. Bacelo recuerda el caso de una pareja joven a la que asistieron hace algún tiempo en una vivienda de Caranza, el varón estaba jugando a la consola, salió al pasillo porque le dolía la cabeza y se encontró a su mujer tirada en el suelo. «Reaccionó bien, porque abrió puertas y ventanas y la sacó de la casa», apunta, añadiendo que la acumulación del monóxido de carbono se había originado en una caldera que no evacuaba bien los gases y entraban en la vivienda.
Las intoxicaciones de este tipo reducen el nivel de oxígeno, provocan somnolencia y los afectados pierden poco a poco los reflejos sin ser conscientes de lo que les ocurre. Según los expertos, se trata de una amenaza invisible, porque el monóxido de carbono no huele, a diferencia de lo que ocurre con un escape de gas, que sí es perceptible por el olfato, porque a los gases se les añaden complementos químicos odorizantes, precisamente para evitar accidentes de este tipo.
¿Cómo se pueden prevenir estas intoxicaciones? Según explica Aureliano Bacelo, resulta fundamental realizar el preceptivo mantenimiento de las calderas, calentadores y estufas, y lo recomendable es hacerlo una vez al año por parte de técnicos expertos en la materia. También hay que comprobar siempre que las rejillas de ventilación estén libres y limpias, para que permitan la salida de los gases.
En el caso de los braseros y chimeneas, resulta fundamental tener la habitación ventilada constantemente, para que no se acumule el monóxido de carbono que se desprende de las mismas.
A este respecto, el jefe de los bomberos ferrolanos advierte de que el monóxido de carbono se acumula en la sangre, ya que el cuerpo tarda tiempo en liberarlo, por lo que entrar y salir de una estancia cerrada en la que se esté acumulando no permite expulsarlo. Y apostilla que una concentración del uno por ciente de este gas en el aire resulta mortal en menos de un minuto.