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El tranvía de Ferrol emerge entre cascotes

FERROL CIUDAD

Los raíles aparecidos con el avance de la obra de la calle de la Iglesia permanecían ayer a la vista.
Los raíles aparecidos con el avance de la obra de la calle de la Iglesia permanecían ayer a la vista. César Toimil

La reurbanización de la calle de la Iglesia deja al descubierto los raíles del antiguo trazado por el centro de Ferrol, que serán retirados para continuar con las obras

11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ferrol se ha encontrado con una nueva sorpresa bajo su suelo. La reurbanización de la calle de la Iglesia ha dejado al descubierto un vestigio de su pasado reciente: los raíles del trazado del tranvía que recorría hasta hace sesenta años el centro de la ciudad. Los operarios comenzaban el pasado miércoles a levantar la capa de asfalto. Y apenas unas horas después, asomaban los largos listones de hierro por los que discurría la línea que conectaba el muelle con Porta Nova, la ahora plaza de España.

Este guiño a la memoria colectiva que asoma entre los cascotes despertaba al paso la curiosidad de algunos de los viandantes. Sin embargo, su contemplación tiene los días contados. El avance de la obra retirará estos raíles, y no está prevista su conservación. Sucumbirá ante la llegada del hormigón como en su día lo hizo bajo el pavimento de la calle de la Iglesia, después de que en 1961 el último tranvía circulase hasta las cocheras de Narón.

Según recoge Xan Fraga Rodríguez en su obra Tranvías de Ferrol, la línea 1, a la que pertenecen los restos hallados, se estrenó el día de Reyes de 1932. Partía de la entonces Porta Nova y paraba en Rochel —en el cine Callao—, la calle de la Iglesia, el mercado central, Sagasta, Costa de Mella, Río Novo, el antiguo Cuartel de Instrucción y Curuxeiras. Y en sentido inverso realizaba el mismo recorrido hasta Concepción Arenal, plaza de Armas, Real y de nuevo al punto de partida. En los años cuarenta, se suprimió la subida por Concepción Arenal y se hacía por Rubalcava.

La empresa Tranvías de Ferrol realizaba el servicio. Se constituyó en 1922 y fue la compañía que dio origen después a Tranvías del Ferrol, concesionaria de los buses urbanos de Ferrol hasta finales del 2019. Tras la pérdida de su uso, el destino de los tranvías fue su venta para la chatarra, al precio de 25.000 pesetas cada uno, se recoge en la obra.

El alcalde, Ángel Mato, valoró el hallazgo: «A verdade é que é un achádego algo simbólico, porque vén representar un modelo de mobilidade moito máis amable coas persoas, previo ao momento no que automóbil pasou a ocupar totalmente as rúas», declaró, defendiendo además la apuesta que representa la reforma de la calle de la Iglesia: «Os raís que permanecían baixo a capa de aglomerado van dar paso agora a beirarrúas máis amplas e amparadas por árbores para que a xente poida facer seu de novo o espazo público». Resume así un proyecto que transformará con cuatro millones de euros una de las principales arterias de A Magdalena y que suprimirá 125 plazas de aparcamiento.

Un viaje de tres cuartos de hora por 30 céntimos

Entre 45 y 50 minutos llevaba llegar desde la plaza de España al muelle, un recorrido de menos de dos kilómetros que se realizaba a una velocidad media de 45 kilómetros por hora. Según los datos recogidos por Fraga Rodríguez, el precio del billete en 1931 era de diez céntimos (de peseta). En 1953 su coste ascendía a treinta. Y llegar del muelle a Neda, utilizando las tres líneas disponibles, suponía 2,30 pesetas.

Julio Ferrín expuso su colección de dibujos de los tranvías en espacios como Exponav.
Julio Ferrín expuso su colección de dibujos de los tranvías en espacios como Exponav. JOSE PARDO

Julio Ferrín, autor de una colección de dibujos sobre los tranvías

«Es la historia de Ferrol que va desapareciendo sin darnos cuenta»

Sus pasiones son la música y el dibujo. Y dentro de este, los extintos tranvías locales de los años 50, que inmortalizó en láminas a plumilla que ya ha expuesto en Exponav y en la Casa das Palmeiras. Comenzó a retratar este transporte electrificado hace tres años por «nostalgia», confiesa Julio Ferrín, ferrolano de 74 años. «Es la historia de Ferrol que va desapareciendo sin darnos cuenta», reivindica. Rememora su época «de chavales, cuando nos colgábamos en la parte de atrás» del tranvía hasta el Madrid-París. Y que hubo hasta un modelo bautizado como Ferrol, de carrocería metálica y realizado por los trabajadores de cocheras: «Parecía un AVE», compara. El tranvía, defiende, sería un transporte «maravilloso» para Ferrol. Pero sabe que los raíles encontrados están condenados a desaparecer: «Que dejen un cachito para que se sepa que hubo un tranvía por ahí», demanda.

Un mes y medio de hallazgos: del arcaduz de Pardo Baixo a la muralla medieval en Ferrol Vello

En un mes y medio, Ferrol ha destapado tres episodios distintos de su historia en otras tantas obras. A finales de abril, la intervención para reurbanizar la calle Pardo Baixo desenterró el histórico arcaduz del siglo XVIII, una antigua canalización del saneamiento que se conserva en buen estado y que se mantendrá en uso, tras las obras, aseguró el Concello.

A principios de mayo, se conoció que en la calle Castro de Ferrol Vello las catas practicadas en un solar adquirido por la Xunta para levantar un edificio del plan Rexurbe detectaron lo que se cree que pueden ser los primeros vestigios de la muralla medieval de la ciudad. Sin la dimensión histórica de estos hallazgos, la aparición de los raíles del tranvía en la calle de la Iglesia rememora ahora el pasado más reciente de la ciudad.