
Las opciones que hay en la comarca
12 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.En la comarca de Ferrolterra, las residencias para mascotas son un servicio cada vez más normalizado y accesible. Los motivos por los que se puede necesitar una son muy diversos: vacaciones familiares, la programación de un viaje de trabajo, una intervención médica... En situaciones en las que hasta hace unos años la norma era dejar a nuestros compañeros felinos y caninos con un familiar o amigo, ahora lo más habitual comienza a ser recurrir a uno de estos establecimientos especializados, que afortunadamente cada vez son más comunes.

Desde la residencia canina Lar do Belelle, en Fene, Noemí Graña explica que la gran ventaja de recurrir a los servicios de este tipo de residencias es que «garantizamos que la mascota va a estar acompañada las 24 horas del día, que las instalaciones son las adecuadas y que el personal tiene la formación correspondiente». Graña, veterinaria etóloga, hace especial hincapié en el aspecto formativo, y explica que, a la llegada de las mascotas al centro, hacen «un cuestionario a los tutores de los perros para conocer sus hábitos y costumbres y cuestiones más íntimas, como nombres cariñosos que les ponen o sus chuches favoritas». Todo esto se hace con un único objetivo: garantizar el bienestar total del perro en un entorno adecuado y con personal formado para que se sienta como en casa.
En la parroquia de Castro, en la vecina Narón, se encuentra la residencia más grande de la zona: El Bosque. En sus instalaciones ofrecen servicio de guardería diurna y de residencia para gatos y perros. Antonio González explica que las épocas de mayor demanda son las de vacaciones, en ocasiones llenando las plazas en «Navidad, Semana Santa y verano», aunque también tienen huéspedes de larga estancia: «tenemos algunos clientes militares que pasan meses fuera». Pero también tienen casos de personas que pasan sus vacaciones en la zona y se hospedan en hoteles donde no admiten mascotas: «En esos casos nos dejan aquí a sus mascotas por las noches y durante el día se las llevan con ellos», explica. En otras ocasiones hacen algo similar con el servicio de guardería. «Hace poco tuvimos a unos turistas que fueron de excursión a las Cíes, donde no se admiten perros, y nos dejaron al suyo en guardería ese tiempo».
Desde este centro, el primero de la zona en obtener la licencia, insisten en la importancia de comprobar que se deja a la mascota en una residencia con licencia para operar, la única forma de asegurarse que el huésped tendrá el mejor trato en las mejores instalaciones y con la mejor atención. Además, cargan contra las plataformas que ponen en contacto a supuestos cuidadores con personas que buscan a quién dejar con sus mascotas. «Estos cuidadores trabajan en negro y sin garantías», lamentan.

Desde el Refugio de Animales de Mougá, dependiente de la Mancomunidad de Concellos de la Comarca de Ferrol, explican que esta mejora de las facilidades para tener una mascota «no repercute en una reducción de los abandonos, que es una cuestión más educacional». Según explica Yadira Tenreiro, los abandonos que detectan siguen siendo, en su mayoría, de perros «de caza y de trabajo, que cuando ya no pueden continuar trabajando son desechados como un objeto», explica.
Después de un aumento en las adopciones durante la etapa más dura de la pandemia, ahora esta tendencia se está estabilizando, aunque «en el verano las acogidas y adopciones siempre bajan, porque la gente está de vacaciones y más pendiente de otras cosas».
Tenreiro insiste especialmente en que queda mucho trabajo por hacer en la sensibilización sobre este tema, y recalca que «los animales no deben regalarse, sino que debe ser una adopción meditada y consensuada con el núcleo familiar, no una imposición».