Patricia Cons, directora del CEIP de Valón: «En A Laxe se hace realidad la escuela que había soñado»

FERROL CIUDAD

Dirige un centro que el curso pasado recibió un premio por sus buenas prácticas y este, la insignia del Concello de Ferrol
25 dic 2022 . Actualizado a las 17:53 h.Si es para hablar de su colegio no hay horarios para Patricia Cons, la directora del CEIP A Laxe de Valón. Le vale cualquier hora, porque adora hablar de su añorada escuela, a la que llegó hace ocho años. Antes estuvo en la de Recimil y en el Juan de Lángara: «Los dos son grandes centros, pero a mí me encanta este cole rural, por las posibilidades que te permite, porque somos una familia... Mira, yo me sé el nombre de los 70 niños que tenemos y eso es muy importante», dice una docente ferrolana de la calle de la Tierra, que siempre quiso ser profesora. «Cuando era pequeña ponía a las muñecas en fila para darles clase», rememora con una amplia sonrisa.
El colegio de A Laxe recibió el año pasado un premio por sus buenas prácticas y acaba de ser reconocido con la insignia de oro del Concello de Ferrol, que le entregarán el día de San Xiao. «En A Laxe se hace realidad la escuela que había soñado siempre y es gracias a toda la comunidad: a la directora que me encontré cuando llegué, Begoña Salido, a los profesores que están muy implicados; al conserje, que nos construye tantos elementos para disfrutar de nuestras zonas verdes, a las familias...», va enumerando una maestra que demasiadas veces se lleva trabajo o preocupaciones a casa.
«Duele mucho cuando ves que un niño no rinde acorde con la capacidad que tiene, duele porque casi siempre es porque está viviendo una realidad dura en casa, porque no hay estabilidad emocional en su familia, es una pena porque desde la pandemia se han multiplicado los casos —reconoce seria—. Y nosotros solo podemos arropar a ese pequeño, buscar todos los apoyos que tenemos y quererlo mucho».
Uno de los muchos programas educativos singulares que se desarrollan en A Laxe está enfocado, precisamente, a trabajar las emociones: «Desde muy pequeñitos trabajamos cuestiones como la ira, la tristeza... pero no sé qué sucede, cada vez hay más casos de familias emocionalmente inestables y eso no tiene nada que ver con la composición, una familia estable puede ser monoparental o extensa... Lo importante es que exista comunicación». En su larga experiencia prima más que los padres dediquen tiempo de calidad a estar juntos, que cualquier otro extra: «Los niños no necesitan ir de una actividad a otra, lo que no les puede faltar es tiempo para charlar en casa, si no se puede durante el desayuno, pues en la cena, pero un ratito cada día».
Patricia también atraviesa las estancias de su colegio con este mismo propósito: conversar con los niños cuando están en el invernadero o en el circuito que han creado para juegos y que les sirve como la mejor clase de educación física. Otra clave de todas estas aulas es la inclusión, por las que ganan tantos premios. «Realmente no trabajamos por la inclusión, que todo el mundo pueda participar es algo que está presente a diario, nadie se queda fuera y todos los niños se ayudan», recalca una directora que cuenta con un aula multisensorial para los alumnos que necesitan este estímulo.
Nuevas tecnologías
El espíritu rural del colegio no está reñido con las nuevas tecnologías, que se trabajan, pero desde el enfoque que impregna la filosofía general: «En Primaria las notas no son tan importantes, lo que realmente lo es alcanzar la comprensión lectora y matemática, es decir, que los niños sepan interpretar cualquier texto y ser ágiles con los cálculos del día a día, queremos que sean niños autónomos, cuando viajamos por proyectos como el Erasmus los acompañamos, pero ellos aprenden a orientarse en el aeropuerto», enfatiza Patricia, que destaca que el cuadro docente asume de buen grado todos los proyectos en los que está inmerso el centro y trabajan muchas horas: «Los niños son nuestra motivación diaria».