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Las 1.200 joyas del Bátava en Ferrol: copas de seis a 165 euros

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Suso Iglesias en el bar Bátava
Suso Iglesias en el bar Bátava JOSE PARDO

Suso Iglesias cuenta con más de mil referencias en un bar de 23 años de historia, de rones de Filipinas a ginebras de Isley

27 ene 2023 . Actualizado a las 13:31 h.

Como joyas de un cofre del tesoro, el Bátava guarda en Ferrol nada menos que 1.200 referencias: desde rones nacidos en el año de la proclamación de Pedro I como emperador de Brasil, hasta un whisky cuya colección ronda los 200.000 euros. «La clientela ferrolana aprecia los productos de gran calidad, nuestra misión es que disfrute lo máximo posible», indica Suso Iglesias Freire, al frente desde hace 23 años del mítico bar en la carretera de Catabois.

Pocos locales cuentan en Galicia con semejante variedad: «Con 250 rones, 80 referencias de vinos, 50 de vermús o 70 de espumosos». Además de con distribuidores locales, trabaja con importación de Francia, Holanda e Italia. Y entre las reliquias, guardadas literalmente bajo llave, brilla como el oro un Santa Teresa Bicentenario con dos siglos de historia. «Tiene un envejecimiento en barrica durante 115 años, después se hace con rones de la misma calidad pero menos años para aligerar y evitar que se conviertan en miel... y al final se envejece durante otros 30 años», explica Suso. Como resultado se obtiene una botella que ronda los 500 euros, y cuya copa puede costar 165 euros. La botella está abierta, con lo cual tiene clientes.

Los precios no deben asustar, ya que en el Bátava «puedes tomar una copa a partir de seis euros como en otros sitios». Pero hay diamantes que marcan la diferencia. Así ocurre con un whisky Glenfarclas especial Cask, escocés que solo se consigue «si compras la colección entera desde la primera añada, que puede remontarse a 1952». Una colección costaría 200.000 euros. Un empresario de Madrid no consiguió reunir 30.000 euros necesarios para hacer la reserva, y las botellas se vendieron a precio individual. Suso logró una por 1.750 euros «pero no para servirla en copas».

Se confirma que «el whisky se revaloriza cada vez más y hay grandes movimientos de inversión a su alrededor». Apasionado de su trabajo, este empresario busca «productos diferentes con exclusividad pero también a precios razonables, la verdad es que me encanta este sector». Su ginebra más valorada actualmente es la Oxley, «inglesa y muy tradicional, con cinco destilaciones en frío con botánicos más marcados». En ventas siguen triunfando Seagram’s y Beefeater, «pero también vendemos mucho la escocesa Botanics, con tres destilaciones, 22 botánicos de la isla de Isley y nueve de fuera».

En sus 23 años, el Bátava siempre ha celebrado el Oktoberfest con cervezas alemanas que ya se agotan en julio. De EE.UU. tiene desde whisky de Tennessee a todo tipo de bourbons. Y con cuño gallego, «tengo doce referencias de ginebras y cinco de vermús, entre otras». Más gemas: una colección francesa con rones del Caribe, una cristalería adaptada a cada bebida. Y siempre con el siguiente lema: «Compensa pagar 50 céntimos más por una copa, porque tiene más calidad y te dura más». Un auténtico Nirvana para sibaritas.