La fragata más moderna de la Armada española, a punto de saltar del taller a la grada

Hace poco más de un año que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio en Ferrol el pistoletazo de salida a la construcción de la que será la fragata más moderna de la Armada. Fue una ceremonia en la que se cortó la primera plancha de acero del futuro buque, y desde entonces la evolución en el programa ha sido una constante. Después de ese acto, el siguiente gran hito será la colocación del bloque de quilla del barco en la grada, es decir, el proyecto salta del interior de los talleres -en donde continuarán fabricándose otras secciones- al exterior. 

Aunque la empresa pública aún no tiene cerrada por completo la fecha en la que se producirá la ceremonia de puesta de quilla, baraja celebrar ese acto a finales de junio o principios de julio. 

En conjunto, la primera fragata -será la F-111- estará dividida en 33 bloques. El pasado febrero, un tercio de los mismos ya se encontraban en diferentes fases de fabricación. El programa superaba entonces el millar de trabajadores, tanto de la empresa pública como de sus subcontratistas, aunque la curva de empleo continuará ascendiendo de forma continuada conforme vayan sumándose nuevos gremios a la producción de los bloques. Aunque hasta el momento el mayor peso lo tienen las firmas de aceros -algunas, como Maessa Naval cuentan con una plantilla superior a las 210 personas-, ya se están desarrollando otro tipo de tareas.

El programa de las F-110 es el de mayor importe adjudicado por la Armada española a Navantia. Presupuestado en 4.325 millones de euros, despeja una década de carga de trabajo en el astillero ferrolano. 

Gemelo digital

También es la fragata española que presenta un mayo grado de componente nacional, y por primera vez, contará con un gemelo digital, que permitirá a la Armada contar con una réplica del barco en tierra. Posibilitará así una mayor interacción, y permitirá en todo momento el seguimiento de los medios humanos y tecnológicos del navío.

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