Nate Davis, el «sheriff» que no dejaba irse solos a casa a sus compañeros del OAR

FERROL CIUDAD

Amigos y exintegrantes del equipo disfrutan de su vuelta a la urbe naval
11 may 2023 . Actualizado a las 10:32 h.El mito. La leyenda. El extraterrestre. Los sobrenombres con los que se apoda el emblemático jugador de baloncesto Nate Davis, son innumerables. Y su regreso a Ferrol, la ciudad de su corazón en la que solo pasó tres temporadas jugando en el OAR pero que le dejó huella, ha despertado la nostalgia en una urbe que siempre ha vibrado con el baloncesto. «Fue una época increíble. Ferrol estaba volcado con el OAR y sus jugadores, y de alguna manera eso ha quedado grabado en la gente», ensalza el exdirectivo Francisco Rodríguez, Chisco, cofundador de la editorial Embora.
Ferrol quiere el regreso de Nate y de lo que representa. «Hace muchos años que no hay baloncesto masculino potente en Ferrol. Nate tuvo mucho impacto, era muy espectacular y tenía un juego que enganchaba. La época del OAR fue rompedora. La ciudad vivió mucho el baloncesto. Y Nate es una de esas personas que fue queridas entonces por los ahora padres y sigue siéndolo por sus hijos», valora uno de sus excompañeros y amigo, Miguel Piñeiro. Ahora ligado al Baloncesto Narón, Piñeiro explica que se lo encontró por casualidad por la calle. «¡Cuando iba para mi casa me lo encontré de sorpresa! Y nos fuimos a tomar algo al Zahara», recuerda.

Miguel Loureiro, también excompañero, tiene pendiente todavía la invitación para verle. «¡Tiene que venir a comer a mi casa en Canido!», bromea. Recuerda los años en los que el alero estuvo desaparecido en EE.UU. para sus amigos de Ferrol. Pero reconectaron cuando se rodó hace una década el documental Informe Robinson. «Ya dijo entonces que le encantaría venir a Ferrol y lo veo convencido en quedarse en Ferrol», comenta Piñeiro. Bajo el lema «Yo también vi jugar a Nate Davis», el país recordó una figura fuera de lo normal en la pista pero, que sus amigos ensalzan mucho más por su carácter. «Es muy buena gente», resalta Loureiro. A lo que Piñeiro añade su carácter bondadoso por lo que cuidaba a sus compañeros. «El OAR iba más allá que un club de baloncesto, éramos más que una familia», recuerda Loureiro. Piñeiro reconoce que Nate que, trabajó como sheriff y era mayor que su generación —Piñeiro era júnior cuando coincidieron—, fue una figura muy paternalista. «Al salir de entrenar muy tarde, a las 22.30 horas, no había autobuses desde A Malata y no nos dejaba irnos solos a casa. Él venía de América y se pensaba que podía pasar algo aquí», recuerda.
Los exintegrantes del OAR destacan la importancia de la figura de Nate para el baloncesto español. «Yo compartí con él solo 7 meses, pero, desde la grada como espectador, era un espectáculo. En Valladolid hay un museo en el pabellón dedicado a él», ensalza Piñeiro. También recuerda momentos históricos del baloncesto español con Nate como protagonista. «En un partido con la mano rota metió 30 puntos en menos de 6 minutos para ganar», rememora.
«Éramos más que un club»
También ha podido disfrutar ya del regreso de Nate otra de las figuras más importantes que ha dado el OAR, Manolo Aller, miembro del cuerpo técnico de la Selección Española de Baloncesto y de la federación nacional. Compartieron la tarde del domingo viendo un partido de baloncesto femenino de base. «Estuvimos la tarde charlando, de risas, y contando nuestras batallas», bromea. Para Aller, el espíritu del OAR queda en todo el sentimiento de los que no dudan en volver a Ferrol. «Nate quiere volver, tenemos a Anicet —Lavodrama— que cada vez que puede viene por aquí... Éramos algo más que un club. Y fíjate cómo recibe la ciudad cada vez que vuelve alguien», ensalza.
De esa pasión por la ciudad bebe también la banda de música SkyhookS, que acaba de presentar un disco dedicado al baloncesto y que rinde tributo al OAR. «Es ilusionante que regrese y quiera quedarse en Ferrol. De niños íbamos a ver el baloncesto a A Malata. Y cuando vino Nate era uno de los mejores de la liga», explica Melo, uno de los guitarristas. Con el vocalista Óscar jugaron al baloncesto en las categorías de base del OAR y años después, ya ligados al mundo de la música, quisieron hacer el tributo en forma de disco. La figura de Nate también se refleja en un especial mural pintado en Canido.
