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El cerebro que hizo volver los ojos del mundo a Ferrol y sus superpetroleros

Raúl Villa Caro

FERROL CIUDAD

cedida

El capitán de fragata retirado, José Deus, nos ha abandonado de una manera tranquila, como él era

09 jul 2023 . Actualizado a las 16:55 h.

En los años setenta, a nivel mundial apenas existía experiencia en botaduras, en grada inclinada, de buques superpetroleros de gran desplazamiento. La lógica aconsejó entonces que en Fene se efectuaran numerosos cálculos, con el objetivo de poder estimar con suficiente exactitud la influencia de todas las variables que intervenían en el proceso de la botadura, de manera que el día señalado para que un buque superpetrolero se deslizara por las imadas, lo hiciera sin contratiempo. Para contrarrestar las presiones en el giro y en el extremo de la grada (instante delicado en el que el buque abandona la grada durante el deslizamiento el día de la botadura, y en el que el buque alcanza las mayores presiones), fue necesario disponer de una cuna y de un perfil adecuado de las imadas, al objeto de que las presiones se redujeran al mínimo. La cuna fue diseñada de manera que no se superaran las cargas máximas admisibles en la grada en ningún momento, y además iba provista de un ingenioso dispositivo a proa, el patín, que facilitaba el giro del buque al entrar en contacto con el agua, evitando así los brutales rozamientos que se producían y que podrían llegar a partir el buque.

 Entre los años 1967 y 1983, la empresa Astilleros y Talleres del Noroeste SA (Astano) construyó 38 buques petroleros, produciéndose un hecho histórico, la botadura del petrolero Arteaga en 1972, el mayor buque de la historia construido en grada inclinada hasta aquel momento. Supuso un hito insuperable que convirtió a Ferrol, a su comarca, y a sus astilleros, en iconos de la ría y de la ciudad. Astano, junto a la Empresa Nacional Bazán, convirtieron a la ciudad departamental en aquella época en el mayor emporio técnico naval de nuestro país.

Aquel año de 1972, el Arteaga se convertiría en el mayor buque construido hasta entonces en una grada, ya que los petroleros de esa época se armaban en dique seco. Aquel 15 de abril de 1972 todos los ojos del mundo estaban puestos en el astillero de Ferrol, Astano. Aquel hito, que sigue formando parte del orgullo ferrolano, evidenció el talento de una ciudad y de sus ingenieros navales, que fueron capaces de desarrollar los dispositivos necesarios para poder realizar la botadura desde la grada inclinada, y de forma satisfactoria. Y sin olvidar que los cálculos de aquella botadura se realizaron con un simple ordenador de 256 kilobytes, algo impensable en nuestros días. Pero además, aquellos ingenieros no estaban solos, sino acompañados del buen hacer de los 5.000 trabajadores de la factoría, y de varios cientos más, de empresas auxiliares.

En 1972, los técnicos japoneses, y algunos europeos, que construían hasta entonces los petroleros de mayor porte del mundo, no quisieron perderse el acto. Y no fueron los únicos. Profesionales del mundo entero se dieron cita en el astillero de Fene aquel célebre 15 de abril; probablemente muchos pensando que iban a ver cómo se partiría un superpetrolero en el momento de entrar en contacto con el mar. Pero no ocurrió. Al contrario, el patín cumplió su labor, y el buque entraba suavemente en el agua, al tiempo que se tensaban los cables de las enormes rastras de cadenas que fueron frenando su arrancada y lo dejaron flotando libremente en la ría. Ferrol había defendido su tesis doctoral con sobresaliente cum laude, gracias a que había superado un desafío técnico de gran envergadura, irrepetible, y además de manera muy notable.

  

El cerebro del patín

Entre todas las personas que lograron esta proeza, emergió la figura de José Deus López, el cerebro que ideó el patín y perfeccionó el procedimiento de cama elástica. A sus 94 años, el capitán de Fragata retirado José Deus nos ha abandonado de una manera tranquila, como él era. Un hombre que, con una vida llena de éxitos e historias trepidantes, se merecería todo un largometraje en Hollywood. Deus fue dado por desaparecido en dos ocasiones, salvó a la tripulación de un submarino buceando, y contribuyó al éxito del astillero de Astano. Deus era doctor ingeniero naval, pero en sus orígenes perteneció al Cuerpo de Máquinas de la Armada, donde obtuvo el número 1 de su promoción. En 1955 se presentó al Cuerpo de Submarinos y estuvo destinado en Cartagena. Posteriormente, en 1959, realizó los cursos de Estudios Superiores en el Instituto y Observatorio de la Marina de San Fernando, y a continuación siguió con los cursos de la Escuela Superior de Ingenieros Navales de Madrid, que le permitieron ingresar en el Cuerpo de Ingenieros de la Armada.

Ya destinado en el Arsenal Militar de Ferrol fue Jefe de los Servicios Técnicos de Casco y Máquinas e Instalaciones Navales en Tierra, y también segundo jefe de la Inspección de Construcciones y Obras del Arsenal de Ferrol (Icofer), hoy Ingeniería de Construcciones y Obras.

Deus comenzó a trabajar en Astano en 1963, donde se jubiló siendo el director del departamento de Ingeniería y Estudios, y es considerado uno de los mayores expertos mundiales en el proceso de botadura, por lo que viajó por todo el mundo enseñando sus conocimientos. Deus inventó el patín que permitió la botadura de los mayores buques del mundo construidos en Astano, la serie del Arteaga y Al Andalus, de 323.000 y 363.000 toneladas de peso muerto.

*Raúl Villa es doctor ingeniero naval, oficial de la Armada y capitán de marina mercante.