
Demasiadas horas para saber el resultado de unas placas
Llevamos 25 años viniendo a esta preciosa tierra. Toda la familia, abuelos, padres y madres, hijos e hijas… y hemos traído también a diversas amistades que, al igual que nosotros, no faltan a la cita anual con Galicia.
Y claro, en estos años algún pequeño percance hemos sufrido, que nos ha llevado a ser pacientes de su servicio sanitario.
Y por el cariño que profeso a esta tierra, y como ustedes mismos indican en su web, con objeto de que puedan dar un mejor y eficaz servicio, les escribo.
He presentado una queja en soporte papel, en plan antiguo, a las administrativas del Hospital Arquitecto Marcide. Concretamente al servicio de urgencias. La peripecia comenzó a las 10 de la mañana en el centro de salud que nos corresponde. No contaban con equipo de Rayos X por lo que nos derivaron a este hospital de Ferrol.
Entramos por urgencias a las 13.00 horas para que realicen una placa y, según diagnostique el médico, coloquen al paciente una venda o un yeso. A las 16.45 horas las placas estaban hechas. Desde ese momento estuvimos esperando. Nos dan las 20.23 horas y nada sabemos del resultado. El paciente con su mujer esperando en un pasillo y yo, su servidora hermana, queja interpuesta, no doy crédito a lo que nos está ocurriendo. El personal nos dice que la situación se puede calificar como «normal», sobre todo en verano. ¿Será normal estar casi ocho horas en el centro médico esperando por el resultado de unas placas? A mí no me parece de recibo. Es más, me parece un despropósito. Nerea San Román. Ferrol.
Una bengala encendida cae muy cerca de unos niños
El miércoles 12 de julio, a media mañana, unos niños jugaban en un patio ajardinado del colegio San Pelayo-Emma, en el último descanso matinal de un campamento de inglés. Una bengala encendida fue lanzada desde el exterior, no alcanzando a ninguno de los niños allí presentes por cuestión de escasos metros. En esos instantes discurría por la calle Virxe de Cerca, a la altura de dicho colegio, una manifestación del sector de ambulancias, en la cual portaban material de este tipo. Todos los indicios, por lo tanto, apuntan a que la bengala fue arrojada por uno de los asistentes a dicha manifestación. Si, por ejemplo, en recintos deportivos está expresamente prohibido el paso de material de este tipo por su peligrosidad, ¿cómo es posible su permisividad en una manifestación que transcurre por el centro del casco urbano, con el consiguiente riesgo para las personas? Afortunadamente, todo se redujo a un gran susto. Otra vez igual no hay tanta suerte y en ese momento se tomarán las medidas oportunas, pero será tarde. Es, por desgracia, lo que suele suceder. Adolfo Penedo Fernández. Santiago.