
Dos equipos de operarios realizan las acometidas para reubicar a 125 metros el cinemómetro de A Malata
31 ene 2024 . Actualizado a las 23:25 h.El día ha llegado y el radar de A Malata comienza su operación mudanza. Transcurridos 228 días de mandato, el gobierno local de Ferrol ha iniciado los trabajos para el traslado del polémico cinemómetro a 125 metros de su emplazamiento actual. Con esta medida, el ejecutivo popular de José Manuel Rey Varela aspira a rebajar la intensidad sancionadora de este punto. Y para ello, a primera hora de este miércoles efectivos de la Policía Local y dos equipos de operarios se desplazaban a la zona para iniciar las tareas previas.
Personal de la empresa de conservación de viales y de la de mantenimiento eléctrico tomaron la mediana del Acceso Norte (FE-15) a la altura de la ubicación actual del radar, que se encuentra instalado en el punto kilométrico 0,925 de la vía, el tramo final de la AP-9, que desemboca en el puerto. Allí desarrollan desde esta mañana los trabajos para extender la canalización eléctrica necesaria para el funcionamiento del dispositivo hasta el nuevo punto elegido, el 0,800. Una vez hecha la acometida, comenzarán los trabajos para construir la nueva base donde se instalará el radar.
La actuación consumirá varios días, indicaron fuentes municipales, en función de lo que lleve ejecutar esas obras. Pero mientras tanto, advierten, el control de velocidad sigue activo y el radar continúa multando a quienes rebasan el límite máximo establecido de 50 kilómetros por hora.
Para la ejecución de los trabajos se ha delimitado la zona, invalidando en la práctica el carril izquierdo en ambos sentidos -el pegado a la mediana- y permitiendo así acordonar el espacio suficiente para el desarrollo de las tareas y el estacionamiento de los vehículos de apoyo necesarios.

El Concello acomete la actuación una semana después de haber recibido la autorización del Ministerio de Transportes para el cambio de ubicación, pendiente desde hace más de cuatro meses. El alcalde había prometido en campaña suprimir en los cien primeros días de mandato los radares «recaudatorios» de la ciudad, categoría en la que incluía las cámaras de videovigilancia del perímetro de la plaza de Armas y el dispositivo de A Malata. Sin embargo, una vez con el bastón de mando, Rey Varela abría la puerta a que esa supresión se reconvirtiese en una reubicación a un punto donde se redujese ese «afán recaudatorio». Y en septiembre se confirmaba la decisión de mantener el radar, situándolo unos cien metros abajo, al final de la recta y justo antes de la curva. Con ello, el gobierno local confía en una reducción sustancial de las multas, por dos circunstancias. La primera, la aproximación a la curva, que hará que de forma instintiva los conductores reduzcan la velocidad. Pero además, en su nueva ubicación el radar únicamente multará en una vía, la FE-15, cuando en el emplazamiento actual controla la velocidad también de los vehículos que tomen el desvío hacia A Malata.
El radar de A Malata multó en el 2023 a 5.403 conductores, con un promedio de casi quince multas al día. Y representa un 22 % menos que los excesos de velocidad detectados en el ejercicio anterior, cuando se rozaron las 7.000. Desde su instalación, en el año 2019, el aparato cumplió su función y no se registró ningún accidente en ese tramo, donde eran habituales los siniestros, algunos de gravedad.
La recaudación por multas se cuadruplicó
El radar suprimió de un plumazo los accidentes. Y con idéntica rapidez, disparó la recaudación por multas. Sin datos desglosados que determinen qué cantidad es computable al dispositivo, los ingresos por infracciones de tráfico se cuadruplicaron. De una recaudación anual prevista en los ejercicios previos al 2019 de 750.000 euros —que solía quedarse en menos de 600.000— se pasó a unos ingresos efectivos de 2,4 millones de euros en el 2020. Y se llegó a los 2,7 en 2022.
El PSOE considera «imprudente» y «temeraria» la decisión
El grupo municipal del PSOE criticó el traslado del radar emprendido por el gobierno popular. Defiende que cuando se colocó en el punto en el que estuvo instalado durante los últimos años «respostou á alta siniestralidade na zona, e dando resposta a un informe realizado a este respecto pola Policía Local de Ferrol». En él, recuerdan, se hacía constar que en los dos años anteriores a su instalación se registraron un total de 35 accidentes, con 41 vehículos implicados y veinte personas heridas de diferente consideración. Y subrayan que desde julio del 2019, cuando se instaló la carcasa, hasta el día de ayer «non se produciu nin un so accidente». Por ello, subrayó el concejal socialista Germán Costoya, sostiene que no hay duda alguna de la eficacia de la medida adoptada. «A decisión do goberno do Partido Popular de mudar o dispositivo parécenos totalmente imprudente e temeraria», aseguró.