Telas a un céntimo, el último saldo loco en Santy tras casi cuatro décadas de tradición
FERROL CIUDAD
El día 7
06 ene 2025 . Actualizado a las 16:35 h.Santiago Martínez Pérez organiza cada año unas rebajas imbatibles: todas sus telas, incluso de las de calidad extra, a un céntimo. Y así lleva desde el 1989, cuando abrió este comercio, telas Santy, en el número 110 de la calle de la Iglesia. Sin embargo, tras casi cuatro décadas tirando los precios en plena cuesta de enero, esta puede ser su última oferta: se retira a los 71 años después de empezar a trabajar a los 15.
No esconde que le ha costado dar el paso. De hecho, cuando algunas jornadas festivas o en los días de feirón el comercio abría, él era de los primeros en subir la persiana. Es un comerciante al que le gusta mucho hablar con las personas que se acercan a su tienda, tanto del género como de la vida en general. Precisamente por eso ayer mitigaba su morriña por el cierre con un anuncio a quién se acercaba: tiene una interesada en continuar con el negocio de las telas y eso es algo que le genera mucha ilusión.
Mientras preparaba un escaparate que ya es un clásico, con todos los retales marcados con céntimos, Santiago no puede evitar reflexionar sobre toda su trayectoria y lo que le depararán tantas horas libres en apenas unos meses. Por ahora, tiene claro que el 7 de enero volverá a tener colas en la entrada de compradoras para llevarse alguno de los textiles a un céntimo de euro.
Posible relevo
Los que no puedan acudir o lleguen tarde tendrán más opciones, porque este comercio seguirá con la liquidación por cierre con precios más baratos de los habituales, hasta agotar existencias. Como tienen bastante en el almacén calculan que pueden llegar hasta la primavera. Aunque ahora mismo la perspectiva es que Telas Santy no cierre, sino que solo cambie de manos en unos meses y continúe ofreciendo material para las personas que todavía se confeccionan su propia ropa o la encargan, aunque esta última opción fue decayendo en los últimos años.
Santiago siempre tiene un recuerdo para su mujer, Carmen Silva, a la que conoció trabajando en un Taka, otro comercio muy querido en Ferrol. Pasó dos décadas trabajando en esos míticos almacenes. Y tras el cierre de Taka, la pareja decidió emprender en la calle de la Iglesia. Comenzaron sin apenas recursos, pero supieron ganarse la confianza de los clientes. Por eso los premian con estos saldos locos.