
Satisfacción por el anuncio de sanciones de hasta 500 euros a quienes no recojan los excrementos de sus animales de la calle
30 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los dueños de mascotas estarán desde este sábado bajo la lupa. El Concello de Ferrol anunció el inicio de una campaña para comprobar el grado de cumplimiento de la obligación de recoger los excrementos de animales de la vía pública. Y llegará con multas para quienes la incumplan: desde los 100 a los 500 euros. A pie de calle la noticia se recibe con satisfacción, incluso entre quienes, potencialmente, podrían llegar a ser multados: «Perfecto. El que no limpie, que pague», resume al paso una viandante en el centro de Ferrol. «Me parece una medida muy adecuada», apostilla, mientras acompaña a un hombre que pasea a su perro, de la correa y con su accesorio portador de bolsas. Otra pareja de avanzada edad, esta sin mascotas, coincide: «Está muy bien que multen, porque las calles de Ferrol están hechas una porquería». El diagnóstico es común, independientemente del barrio. Y la presencia de deposiciones caninas sobre aceras y espacios verdes generan un unánime rechazo vecinal.
Ninguno de los consultados reconoce incumplir su deber, pero el caso es que las heces caninas aparecen sobre espacios públicos. «La gente no las recoge por comodidad, o porque como hay hierba o tierra, dicen que sirve para abonar. Pero no es así, porque incluso los perros se manchan las patitas. Es un asco», apunta otro propietario canino. «Yo tengo dos perritos y recojo siempre las cacas. Y voy cansado de pisar cacas de perros», reprocha. Por eso, la imposición de multas «me parece una medida perfecta, a ver si así aumenta el civismo», dice convencido de su efecto disuasorio: «La letra, con sangre entra. Y con euros, también», sentencia.
Durante quince días
Inicialmente, la campaña de control se articulará durante quince días. Y será la Policía Local la que se encargue del cumplimiento de lo que recoge la ordenanza municipal de protección dos animais e convivencia responsable, vigente desde el 2017. Recoger las deposiciones no solo es una cuestión de limpieza y estética. En algunos casos, va más allá. En la plaza de Armas, los 17 tilos que se reparten por el perímetro de la zona de tierra tuvieron que ser vallados para evitar el acceso de los perros, que utilizaban los alcorques como lugar habitual para sus deposiciones. De hecho, el exceso de orín canino estaba ocasionándoles daños, por quemaduras en los troncos y afectando también al sistema de sus raíces.

Marta Sanabria, propietaria de Nina y Piedra
«Quinientos euros por una caca me parece un poco excesivo»
Opina tras agacharse en la plaza de Armas a limpiar lo que ha ensuciado una de sus dos perritas: Nina y Piedra. «Yo ya daba por hecho que multaban», responde Marta Sanabria, sorprendida de que no se esté aplicando la ordenanza. «Me parece bien para sancionar al cochino de turno que nunca recoge» los excrementos, aunque, matiza, «500 euros por una caca me parece un poco excesivo. Todo en su justa medida», pide. «Cuando paseo con los perros —detalla— me fijo en otros dueños, y los suelo ver con bolsas, pero luego es verdad que me encuentro excrementos por la calle», analiza. «Pero es raro que vea a alguien que deja la caca. Y si lo veo, se lo digo, porque luego pagamos justos por pecadores», señala. Antes residía en Pontevedra. «Allí había mil sitios para llevar a los perros; aquí en el centro no. Pediría más parques caninos», demanda.

Miguel Paz, pasea a su setter Oli por el Cantón
«Soy el primero que lo recoge porque es un asco dejarlo ahí»
Miguel Paz se dirige hacia el Cantón para pasear a su setter Oli. Las multas «me parecen bien», valora. «Soy el primero que sabe que es una guarrada dejarlo todo ahí», por eso lo considera «lógico». También ve adecuado su importe, aunque «cualquier cantidad que a la gente le toque el bolsillo le va a molestar». Y por tanto, a funcionar. Asegura que «yo siempre recojo» los excrementos, entre otras cosas, apunta, porque «me da un montón de asco. Es muy desagradable tener que ir por ahí esquivándolos, o pisándolos, si no los ves. Soy el primero que recoge porque yo, desgraciadamente, soy despistado y he pisado muchas cacas», dice apreciando que «el centro no está muy sucio».

María Fernanda Barrasa, dueña de Max
«Cada uno tiene que ser responsable de lo que hace su perro»
Bajo el viento y la lluvia Max, un perro mestizo, corretea alegre por el Cantón. Lo hace desafiando el mal tiempo junto a su dueña, María Fernanda Barrasa, natural de Lima (Perú) pero que ahora reside en Ferrol. Y que saluda la iniciativa del Ayuntamiento. «Me parece bien porque forma parte de mantener el área limpia. Cada uno es responsable de su perro y tiene que ser responsable también de las cosas que hace su perro», dice mostrando el manojo de bolsas que porta en la mano. Considera que, como ella, la mayoría de los propietarios también recogen las deposiciones de sus mascotas. «No he visto a nadie que no lo hiciera». Hacerse cargo de ello, «no me parece muy molesto. Es tu perro y tu responsabilidad», argumenta.
Al Ayuntamiento le pide más contenedores para tirar las bolsitas, una vez cumplida la misión. «Es lo único, con eso sería suficiente, porque hay bastante área para que los perros puedan caminar y correr», estima.