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Ferrol, lo tuyo es puro tardeo: «Esto es vida, si de noche cierro locales al día siguiente estoy muerto»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Pandilla de tardeo este jueves en la terraza del bar El Clavel 2.0, en el barrio de Canido.
Pandilla de tardeo este jueves en la terraza del bar El Clavel 2.0, en el barrio de Canido. CESAR TOIMIL

Según los numerosos fans de locales de Canido como El Clavel 2.0, «ahora a los 50 estamos en la flor de la edad»; aquellos que devoraban la madrugada en los 90 han pasado de noctámbulos a madrugadores

27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Aquellos que antaño subían sigilosamente las escaleras de casa al mediodía tras noches de frenesí... ahora disfrutan del bello arte del tardeo. De noctámbulos a madrugadores, así evoluciona la humanidad. El nuevo ocio de pasar el día en la terraza ha llegado para quedarse, con brindis y bailoteos sin necesidad de pasar por las discotecas. En Ferrol, puede comprobarse en torno al Cruceiro de Canido donde un bar como El Clavel 2.0 apuesta claramente por esta modalidad de diversión. «En los fines de semana tenemos el local todo el día abierto para que la gente se lo pase bien, y recuperamos lo de salir por las tardes para los que antes íbamos a Ozono o Ink», indican sus dueños, Rubén Gil y Natalia Ríos.

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En la plaza, disfrutan de la primavera ferrolana los siguientes amigos alrededor de una mesa de cañas: Jota, Yoli, Vanessa, Samara, Jorge, Alberto, Vero, Paula, Rocío y Gabi. Este último incluso se convierte en DJ Jesús para amenizar el tardeo en El Clavel 2.0: «Pongo de todo, desde pachangada a lo más moderno, con muy buen rollo y atendiendo a las peticiones de la clientela en un ambiente muy interactivo». Como indica el propio Gabi o DJ Jesús, «en Canido nos gusta más la tarde que la noche, para disfrutar de una cervecita y el buen tiempo; cambiamos el centro de A Magdalena por esto y da gusto». En el brindis cervecero, estos amigos entonan un «¡opa Canido!, ¡por el tardeo y más allá!». Uno de ellos, Jorge (que en el tercer aniversario del Clavel se disfrazó de demonio y es conocido entre ellos como Jorge el Diablo), explica que «ahora tardamos más en recuperarnos los domingos así que hay que ir dosificándose, puedes salir de casa a la una de la tarde y después llegar como mucho a las tres de la mañana para estar nuevo y repetir otra vez».

El propio Jorge resume perfectamente el porqué del éxito del tardeo: «Esto es vida, y si de noche cierro locales al día siguiente estoy muerto». Él y otros colegas recalcan que «solo tenemos 50 años, estamos en la flor de la edad». Vanessa y Natalia (que regenta el local junto a Rubén) trabajaron antes en algunos de los locales más emblemáticos de la noche ferrolana. Vanessa, que estuvo en Zebra y el Pakitos, admite que «tras la pandemia quedas más por la tarde que por la noche, es mejor este ritmo continuo en el que empatas todo».

Algunos llegan en moto a este tardeo en el Cruceiro.
Algunos llegan en moto a este tardeo en el Cruceiro. CESAR TOIMIL

Natalia, que fue camarera en el West, indica que «apostamos por el tardeo ya que en nuestro bar paran los de 35 años para arriba, incluso algunos de los más jóvenes prefieren este plan más tranquilo que la madrugada en el centro». Como concluyen en esta pandilla, que pisa el Cruceiro sobre todo de jueves a domingo, «volvemos a una vida más de barrio, de fiestas tranquilas».

Añade Rubén que «para este verano apostamos claramente por el tardeo, por tomar unas copas en las terrazas entre risas y música; vimos que en Madrid tenía éxito y hace más de dos meses que lo implantamos aquí». A las cañas del Cruceiro también se llega en moto, como los miembros del Vespa Club Ferrol. Jesús Lago, Jonathan Rivas y Antonio Fernández vienen «sobre todo los jueves para aprovechar las terracitas después de trabajar y desconectar».

En Semana Santa, DJ Jesús incluso apareció en modo celestial por el tercer aniversario de este espacio y Jorge como diablo. Y en cada anochecer, las copas ya dan paso a cenas en locales vecinos como La Margarita o Lusco & Fusco: «En un auténtico regreso de la vida en la calle, que al final es la vida ideal».

Adriana, Vanesa, Zeltia y Belén, en un tardeo de La Suite en Narón
Adriana, Vanesa, Zeltia y Belén, en un tardeo de La Suite en Narón

Cócteles, batidos y mucha música en el terraceo de La Suite, en Narón

Otro de los testigos fundamentales en la evolución de la noche de Ferrol y Narón es Julio Campoy. Durante años trabajó como DJ Titinho en los locales más famosos de la vuelta. Ahora comanda un espacio como La Suite, detrás del centro comercial Odeón: una de las zonas con más tirón para el tardeo, el picoteo e incluso la noche en la comarca. «Nosotros empezamos con el tardeo en la pandemia, antes se llamaba after work, la gente se acostumbró a disfrutar de la tarde en una moda que llegó para todas las edades», indica Julio.

Aquí la clientela se mueve entre los 30 y los 60 años. Llegan jóvenes como Adriana, Vanesa, Zeltia y Belén, que trabajan en Odeón. Adriana apunta que «me gusta La Suite porque te sientes cómoda a cualquier hora del día para tomarte desde un café hasta uno de sus cócteles». Pero sobre todo el perfil pasa de los 40, «porque es más cómodo este ocio para al día siguiente despertarte bien».

Ese tardeo naronés tira de postres como gofres y batidos, en especial para los más jóvenes. «Y a partir de las 20.00 horas aterrizan los de más edad, tenemos tres terrazas y la gente aprovecha el sol», indica el dueño. Incluso en el fin de semana, «se baja cada vez más temprano a tomar el cóctel, antes la sesión de noche se iniciaba a las 00.00 horas y ahora a las 22.30».

También se termina antes, «en vez de cerrar el local a las 04.00 horas ves que se marchan con antelación, eso también ayuda en el trabajo». El cubata de toda la vida se sustituye en estos espacios por un cóctel bien elaborado «que apuesta por el sabor y el toque visual, para subir a Instagram».

Sabe bien Julio que «los locales más míticos se extendían antes a lo largo de la carretera de Castilla, en el caso de Narón, pero ahora se reservan más para comer y cenar aunque las terrazas también se llenen durante el fin de semana». De los que acaban en A Gándara, «muchos a veces ni siquiera cenan después porque están llenos de la comida, y continúan con copas porque ya son las 21.30 horas».

Los míticos que cerraron

Por el camino, y para dolor de los nostálgicos, han desaparecido locales como Ink (que cerró hace semanas con una gran fiesta) o Zebra. Persiste el West, con un público más joven. Y sigue imbatible de aquella época la discoteca Onda, en el ferrolano barrio de San Xoán. Pero aquellos que en los años 90 y 2000 arrasaban nocturnamente con Ferrol y Narón... ahora han pasado a una vida más tranquila pero igual de divertida. La farra se disfruta en horario vespertino, antes de que Drácula salga de su tumba. Con charlas entre amistades e incluso familiares. Porque como confirma Julio, «algunos de los que antes salían tanto ahora bajan de cócteles con sus hijos».