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El Grupo Intaf, 75 años de compromiso

A. F. C. NARÓN / LA VOZ

NARÓN

ángel manso

La forja puesta en marcha por Ramón Franco y Dolores Caaveiro en 1941 es ahora una compañía con 170 empleados

17 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajo, compromiso, servicio y calidad son los valores que destaca José Ramón Franco, director general de la empresa, como pilares de la evolución del Grupo Intaf, con sede, desde hace 25 años, en la carretera de Cedeira, en Narón, adonde se trasladó tras medio siglo de actividad en Xuvia. Allí nació, en 1941, de la mano de sus padres, Ramón Franco López y Dolores Caaveiro Vilaboy, que se mudaron desde As Pontes para abrir una forja dedicada a la fabricación de herramientas y utensilios destinados principalmente a la agricultura.

El Grupo Intaf cuenta ahora con cinco empresas: Neodyn, dedicada a la ingeniería, la consultoría técnica y la gestión de proyectos; Intaf Promecan, de fabricación y montaje de equipos industriales, calderería y mecanizado, y reparación industrial; Evolventia, de fabricación de engranajes y rectificados especiales; Tecman, sobre mantenimiento de equipos e instalaciones, reparación y montaje industrial, y suministros industriales; y Sincro Mecánica, para el mantenimiento de máquinas rotativas y transmisión de potencia por engranajes, y trenes de potencia en la industria eólica. La compañía abarca tres sectores de actividad: industria (siderometalurgia, minería, movimiento de tierras, obras públicas, construcción y reparación naval, civil y militar, madera, papel y derivados, plásticos, etcétera), energía (convencionales y renovables) y portuario (industrias y factorías, consignatarios y operación en muelles, e instalaciones fijas y móviles).

José Ramón Franco tiene 60 años y lleva 44 trabajando en la compañía familiar. «Con 16 años dejé los estudios de FP para agarrarme a los mandos de la empresa, ya me quedé en el taller. Tenía la expectativa de otro nivel de estudios, pero no me arrepiento en absoluto, a partir de ahí seguí con más esfuerzo y formación constante», cuenta. Pero su primer recuerdo es el olor a carbonilla de la fragua, que llegaba a la vivienda, situada justo encima del taller. La pequeña forja no ha parado de crecer, hasta rondar los 170 empleados. Y los dos hijos de José Ramón, la tercera generación de esta saga, se han incorporado hace tiempo, uno en el área de ventas y el otro en la oficina técnica. «Tenemos vocación de abrirnos al mundo, pero no hemos tenido la necesidad, porque intentamos aprovechar al máximo el mercado más cercano, Galicia, España y algo en Europa», explica. El sábado recibirán un homenaje del Concello de Narón, junto a las firmas Megasa y Tranvías del Ferrol.