
Tras tres años sin actividad, la propiedad prevé reabrir el próximo mes de mayo el hotel, donde la organización de bodas y eventos correrá a cargo del grupo Montesqueiro
06 abr 2021 . Actualizado a las 11:35 h.Las fabulosas habitaciones del Hotel Pazo Libunca de Narón volverán a recibir muy pronto a turistas y visitantes ansiosos de relax y descanso en una joya arquitectónica impregnada de historia. Tras tres años sin actividad, el alojamiento de la espléndida mansión de estilo colonial construida en Pena de Embade en 1922 reabrirá sus puertas a mediados del próximo mes de mayo, o como muy tarde, a principios de junio. Estas son al menos las previsiones que maneja la sociedad propietaria del inmueble -encabezada por el segoviano Juan Tapia Manso-, que en 1999 adquirió el palacete indiano y su finca para su transformación en un hotel con encanto.

El establecimiento comenzó a funcionar a principios del año 2003 y desde entonces su gestión pasó por varias manos. En algunas etapas fue explotado de forma directa por los propietarios, pero también por operadores externos como la cadena Barceló, y más recientemente, por el grupo Peizás, que en el verano del 2018 celebró el último evento y poco después abandonó el recinto.
Los propietarios se han propuesto ahora dar nueva vida al Pazo Libunca en alianza con un referente del sector hostelero en la provincia. «Los dueños gestionarán directamente el hotel, pero la organización de las bodas y otros eventos quedará en manos del grupo Montesqueiro», avanza un portavoz de la sociedad propietaria de la finca.
De hecho, el acuerdo con Montesqueiro se firmó hace ya varios meses, y el pasado septiembre el grupo coruñés ya organizó su primera boda en los jardines y la carpa del Pazo Libunca. «El enclave es espectacular y de esta forma también ampliamos nuestro mercado», apunta Lucía Cidón, directora general de la empresa, que comenzó su andadura hace ya siete años con la Finca Montesqueiro de Oleiros. Actualmente, el grupo que dirige también gestiona en ese mismo municipio las cafeterías del complejo Golf Xaz; organiza bodas y otros eventos en el centenario Pazo de San Tirso, en Abegondo; y comanda el gastrobar Cantón 23 en A Coruña.

Aunque la pandemia aún nubla el horizonte del sector hostelero, Lucía Cidón se muestra optimista con respecto al relanzamiento del Pazo Libunca como espacio ideal para todo tipo de celebraciones. «Para esta primavera y verano ya tenemos contratadas quince bodas», anuncia ilusionada. En cuanto a las señas de identidad del grupo Montesqueiro, Cidón subraya que su oferta se caracteriza por una propuesta gastronómica de elaboración propia, que combina tradición y modernidad y que ha sido diseñada con el asesoramiento de Nandu Yubany, uno de los cocineros más reputados de Cataluña. «Nuestro fuerte sin duda es la puesta en escena de los aperitivos, con dieciocho especialidades, showcookings y estaciones de brasa y plancha, además del servicio y el cuidado de cada detalle, desde la mantelería hasta la iluminación», anota.
El hotel abrirá sus puertas de forma inicial sin restaurante de uso diario, aunque sí ofrecerá desayunos a los huéspedes alojados en sus catorce habitaciones (trece dobles y una cuádruple). No obstante, la propiedad está estudiando la posibilidad de contactar con una empresa externa para que lleve la gestión del restaurante, de manera que en el futuro se pueda ofrecer también este servicio.
EL SECTOR HACE BALANCE DE LA última semana de vacaciones
El buen tiempo y los precios elevaron la ocupación prevista para Semana Santa
No fue como para echar cohetes, ni tampoco tuvo nada que ver con lo que era habitual en tiempos anteriores a la pandemia, pero la ocupación hotelera en la zona de Ferrol durante a Semana Santa superó las expectativas en un buen puñado de establecimientos. «En los días centrales, entre el miércoles y el sábado, hemos rozado el 50%, lo que supone una mejora con respecto a la previsión que teníamos una semana antes, cuando las reservas apenas llegaban al 30%», explica el director del Parador de Turismo de Ferrol, José Antonio Cedena.
En su opinión, el buen tiempo y las ofertas especiales que ha lanzado la cadena para los residentes en la comunidad animaron las reservas de última hora, elevando la ocupación inicialmente prevista. «Con todo, la valoración es mala, porque esto no tiene nada que ver con la Semana Santa del 2019 ni con la de años anteriores, cuando para los días centrales ya lo teníamos todo reservado con dos o tres semanas de antelación y el resto de los días la ocupación superaba el 80%», advierte Cedena.
También han acusado el bajón en esta Semana Santa marcada por las restricciones de movilidad los responsables del Hotel Alda Suizo, donde la ocupación entre el miércoles y el sábado fue de un 65%, lo que supone un 25% menos con respecto a lo que era habitual en estas fechas. En palabras de Alberto Rodríguez Boo, director de Alda Hotels, «la Semana Santa ha funcionado prácticamente según lo previsto a nivel de ocupación, al 70% del 2019. Pero es cierto que, ante la ausencia de clientes de fuera de Galicia y el bajo nivel de precios generalizado en el sector, los ingresos han sido muy inferiores a lo esperado. Con tarifas que apenas han pasado de los 40 euros, este año la Semana Santa no ha supuesto los ingresos que vienen a aliviar un invierno especialmente largo. Con esto, nos toca seguir hibernando».
Desde el Hotel Sercotel Odeón de Narón, su directora, Bibiana Reyes, se muestra satisfecha, ya que la ocupación entre el jueves y el sábado alcanzó el 85%, aunque reconoce que «el precio medio fue muy diferente a lo normal para estas fechas». Y desde el Gran Hotel de Ferrol, su director, Gonzalo Jiménez, tampoco sucumbe al desaliento, porque, aunque en su caso la ocupación no superó el 40%, «fue más alta de lo esperado gracias a las reservas de última hora».
De cara al verano, Jiménez confía en que la situación mejore, aunque cree que todo dependerá del ritmo de vacunación. En cualquier caso, cruza los dedos y espera que la situación sanitaria sea propicia para volver a llenar las habitaciones del Gran Hotel y del otro alojamiento que comanda en Ferrol, el Hotel Valencia, que el sábado pasado reabrió sus puertas tras cinco meses cerrado.