La eterna juventud de Ink, en Narón: «Todos los sábados hay más de mil personas»

NARÓN

Juan Trastoy es el gerente de la sala Ink.
Juan Trastoy es el gerente de la sala Ink. CESAR TOIMIL

Juan Trastoy comanda la histórica sala, donde arrasa «la última de Shakira»

22 ene 2023 . Actualizado a las 09:10 h.

Si algún día se escribe una enciclopedia sobre Ferrolterra, la juventud aparecerá inmortalizada con una foto llena de cabecitas bailantes en la sala Ink. Desde hace medio siglo, allí reside el imperio de las primeras veces: la primera coreografía de adolescentes con el Saturday Night en los 90, los primeros besos en las lentas, o aquel No need to argue de Cranberries que marcó a todos los institutos de Ferrolterra. Y en pleno 2023, Ink sigue arrasando desde Narón a ritmo de Rosalía, Shakira, Bizarrap pero también con Eurodance. Desde hace nueve años, Juan Trastoy Fornos comanda un local que nuestros padres conocieron como el Villas, después reinó 20 años en las tardes de los domingos gracias a Luis y Paco, y ahora desata las noches de los sábados. «Tras la pandemia la gente va más a salas grandes, vuelve la alegría y todos los sábados tenemos a más de mil personas», celebra el gerente.

A Juan Trastoy, de 46 años, la pasión por el sector le viene de sangre: «Soy nieto de hostelero y mi familia tenía la sala de fiestas Trastoy en As Pontes, con 18 años la reabrí como Oh Caramba». Cogió las riendas de Ink cuando llevaba cerrada casi ocho años, «salvo eventos puntuales». Planeaba abrir al público «una o dos veces al mes, pero ante la demanda hace cinco años nos arriesgamos y abrimos todos los sábados menos en la pandemia». Este pontés era más de salir por Carral, «como adolescente no venía mucho a Ink pero hay clientes actuales que eran asiduos a las tardes y me hablan de las lentas».

Con un público de 25 a 50 años, la sala de más de 2.000 metros cuadrados tiene noches de gloria con orquestas («para bailar los más jóvenes como Panorama, París de Noia, Combo Dominicano»), sesiones de DJ o festivales como los previstos para este cuatrimestre. «Este sábado tenemos festival de rock con McKuin (tributo a Queen) y Assia, después el Combo el 11 de febrero, el sábado de Entroido contaremos con París de Noia, el 25 de febrero una Remember con Rebeca y un tributo a Gigi D’agostino». Las entradas anticipadas ya pueden pillarse en www.salainknaron.com.

Los 90 nunca se han ido

Al nombrar a Gigi D’agostino surge una duda. ¿Vuelven los 90? En realidad, nunca se han ido. «En As Pontes tenemos la tradición de cerrar los locales con L’amour tojours de D’agostino, y es cierto que los de 18 años siguen bailando estas canciones; en nuestro tributo viene un DJ que es igual que él y pincha su música del año 2000», explica Trastoy. ¿Y Rebeca con Duro de pelar? «Se sigue poniendo mucho, ella es mediática, recuerdo traerla a Oh Caramba en As Pontes y con un aforo de 1.500 personas no cabía la gente... fue una locura hace más de 25 años y confiamos en que vuelva a mover al público», apunta.

El mediático Kiko Rivera

Entre todas las fiestas del mañana, también destaca la sesión del mediatiquísimo Kiko Rivera para el 4 de febrero. «Ya actuó aquí el 5 de febrero de 2022 con casi el aforo completo, iba a venir antes pero se había retrasado por la pandemia y estuvo muy bien con una buena sesión», incide el gerente.

Nada puede en esta vida con la euforia al bailar entre 1.000 personas bajo una bola de discoteca. Pero ahora también se hace con una revisitación de las cantigas de escarnio e maldezir. Porque inevitablemente, «ahora arrasa la última de Shakira, el último sábado solo faltó que la cantase la París de Noia... y yo trabajé esa noche en As Pontes y el DJ quedó harto de que se la pidiese todo el mundo». De todos modos, Trastoy teme que con esa Shakira: BZRP Music Sessions, Vol. 53 pase al igual que con Despacito: «Es tan cansino que se ponga siempre que al final tendrá poca duración, no es tan bailable, está de moda por la letra... pero por ejemplo ahora ya no pinchamos Despacito porque la machacaron y te gritan para que no la pongas».

En una sociedad tan líquida, los éxitos duran mucho menos: «Los artistas sacan desde sus casas tres grabaciones cada verano y una ya machaca a la otra, ahora hay muchísima más música que te descargas por algo más de 30 céntimos cuando antes te comprabas un vinilo por lo equivalente a 15 euros».

Para este verano la sala prevé un cambio de imagen «con sorpresa». Pero Ink ya almacena medio siglo de amores y desamores, con actuaciones en el recuerdo como las de DJ Lhasa o Molella. En esa felicidad que da la noche de la eterna juventud.