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Los 10.000 metros de viveros de José Antonio Blanco: «He ido creciendo en la finca que heredé de mi padrino»

NARÓN

I. VALERIO

Una producción de la máxima calidad en la zona naronesa de O Val

06 may 2023 . Actualizado a las 10:22 h.

El camiño da Xesteira, en O Val (Narón), es en esta época del año un lugar de romería para todos aquellos que quieren producir en su huerto. En Pradedo, la parroquia que da nombre al vivero hortícola de José Antonio Blanco, encontramos a quienes buscan plantas de huerta de infinitas variedades de tomate, pimientos, cebollas, puerros, lechugas, repollo o coliflor. En Pradedo venden tanto a particulares como realizan envíos a puntos de comercialización en diversos lugares de la zona norte de Galicia. José Antonio cuenta en la actualidad con cerca de 10.000 metros cuadrados de viveros perfectamente adaptados para atender la demanda de sus clientes, que, apunta, han crecido. «El encarecimiento de la cesta de la compra se nota y cada vez más gente vuelve a apostar por tener un pequeño huerto con el que autoabastecerse y esquivar la escalada de precios». A José Antonio se le ve feliz supervisando sus invernaderos. Es un trabajo que nunca cesa. Recuerda orgulloso que lleva casi 40 años dedicado a este negocio. Fue, en tiempos, con solo 25 años, el presidente más joven de una cooperativa, la desaparecida Hortifer, y ahora forma parte de Hortinarón. Dice que su secreto es el crecimiento lento, como las plantas. «Empecé con un túnel, un invernadero, de solo 400 metros cuadrados, y poco a poco he ido creciendo en la finca que heredé de mi padrino». Ayudar a solucionar problemas también forma parte de su manera de atender a cada cliente, asesorándolo para que logre el mejor resultado en sus plantaciones. Lo hace de lunes a domingo, casi sin descanso, con la ayuda de su hermana Ana y cuatro personas que integran la plantilla de Pradedo.

Equiocio inclusivo

Con el objetivo de que el entorno natural de As Cabazas luzca como nunca en agosto, Equiocio impulsó esta semana, de la mano de Salud Mental Ferrol, Eume y Ortegal, un taller práctico de viverismo del que saldrán las plantas ornamentales que adornarán el entorno natural donde se celebra el certamen hípico. Se trata de una iniciativa de inclusión, a la que se sumaron distintas asociaciones sociosanitarias de la comarca como Aspanaes; Asociación ASCM; Affinor; Afal; Aspaneps; Mitrata Nepal España; y Patronato Concepción Arenal. Los usuarios y las usuarias de Salud Mental, apoyados por la profesora de huerta y jardinería de la entidad, se convirtieron así en monitores de una propuesta que busca hacer partícipes a las entidades que colaboran con Equiocio en el proceso que va desde lo sembrado hasta la plantación en el campo de As Cabazas. El 7 de junio volverán para aprender a pasar las plantas a una maceta. Ya el 12 de julio se realizará la plantación en As Cabazas.

I. VALERIO

Una nueva carnicería

El jueves fue un día de estreno en la carretera de Catabois, al lado del hotel Valencia. Allí abrió sus puertas la carnicería Catabois de la mano de Iago Canto Serantes. Cuenta que lloró porque no entró ningún cliente hasta las diez, aunque luego todo cambió y durante toda la mañana hubo cola ante el nuevo establecimiento. Este joven ferrolano lleva casi diez años trabajando en carnicerías. Su trayectoria comenzó, recuerda, en el Froiz de A Gándara. Con solo 17 años y de la mano de Roberto Paredes, dio sus primeros pasos para convertirse en un buen carnicero. Ha pasado por diversos supermercados, como el desaparecido Dia de la plaza de España y también, en la última etapa, por la carnicería de la cooperativa de O Val. Ahora, con 26 años y la experiencia acumulada ha decidido, nunca mejor dicho, poner toda la carne en el asador. Y ahí le tenemos conquistando a los clientes de la zona de Catabois. Destaca su trabajo en productos elaborados, como los cachopos de cecina o de jamón serrano, las hamburguesas de selecta, los pinchos morunos, la alitas y las tiras de pollo y también en las carnes que tiene a la venta. Se nota experiencia cuando un cliente le pide una pieza de matambre, un corte típicamente argentino. Iago no lo duda y le muestra una pieza que en España se llama falda. Iago es consciente de lo que se juega y apuesta por trabajar duro para que los clientes le acompañen en esta aventura. Y lo hace con amplio horario, de nueve a dos y por las tardes de seis a nueve, de lunes a sábado. Suerte.